Manuel Patricio García

(Manuel Patricio Rodríguez Sitches; Madrid, 1805 - Londres, 1906) Cantante y maestro español de canto, famoso también por sus estudios en fisiología y medicina. Era hijo del célebre tenor sevillano Manuel del Pópulo García Rodríguez y de la también cantante Joaquina Sitches, por lo que vivió desde su infancia un ambiente de apasionado interés por la música y el canto. Sus hermanas María y Paulina se harían también famosas en el mundo de la ópera, con los nombres artísticos de la Malibrán y la Viardot.


Manuel García

Vivió con su familia en Nápoles y París hasta 1825, año en que el clan García emprendió una gira artística por los Estados Unidos. En Nueva York debutó como barítono en la obra El barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini. Decidido a convertirse en profesor de canto, el joven Manuel García volvió solo a Europa, se instaló en París y entró a trabajar en 1830 en un hospital militar, en el que se ocupó especialmente de los enfermos de garganta, interesado como estaba por el estudio de la laringe y la producción de la voz humana. Posteriormente comenzó a dedicarse a la enseñanza, y en 1840 presentó ante la Academia de Ciencias su Memoria sobre la voz humana; ejerció la docencia en el Conservatorio de París hasta que ingresó como profesor en la Real Academia de Música de Londres, puesto en el que permaneció hasta su retiro.

En 1854, obsesionado por poder visualizar la laringe como único medio apropiado para estudiar su fisiología en relación a la emisión de la voz, consiguió verse su propia laringe mediante un pequeño espéculo dental, sujeto a un mango doblado adecuadamente al que dirigía la luz solar con la ayuda de un espejo de mano. Un año después comunicó a la Royal Society de Londres los resultados de sus experiencias, en una memoria titulada Observaciones fisiológicas sobre la voz humana, que se publicó en el boletín de dicha sociedad.

En esta memoria describe la técnica utilizada y analiza el mecanismo de producción de la voz mediante los movimientos de la glotis, así como la participación de la laringe y los músculos del cuello en la modificación del timbre. Este trabajo despertó poco interés en Londres y hubiese quedado en el olvido, como había ocurrido con los aparatos que con el mismo fin se habían ideado anteriormente, si no hubiera merecido la atención del neurólogo austriaco Ludwig Türck, quien lo utilizó inmediatamente como método de exploración en el Hospital General de Viena.

Poco después, su compatriota Johann Czermak solucionó definitivamente el problema de la iluminación mediante la aplicación de luz artificial, utilizando el espejo oftalmoscópico del alemán Christian Georg Theodor Ruete, origen del actual espejo frontal. Ensalzado en Europa como el padre del laringoscopio, Manuel García recibió en 1903 un caluroso homenaje organizado por la Royal Medical and Chirurgical Society de Londres.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].