Xavi Hernández

(Xavier Hernández Creus; Terrassa, 1980) Futbolista español perteneciente a la disciplina del Fútbol Club Barcelona desde las categorías inferiores hasta su consolidación en el primer equipo. El fútbol de toque de balón con jugadores de gran técnica que impuso el denominado Dream Team de Johan Cruyff tenía su gozne en este centrocampista de técnica depurada que protege el balón como nadie y "lee" con admirable sencillez el ritmo que debe adquirir el partido en cada fase del juego. Al término de la Eurocopa de 2008, que ganó la selección española por segunda vez en la historia, fue elegido Mejor Jugador del torneo, una distinción que raramente recae en un centrocampista y que reconocía su fundamental aportación. Xavi fue además una pieza esencial en la consecución del "triplete" del Barça (que ganó en 2009 la Liga, la Copa del Rey y la Champions League) y en el triunfo de la selección española en el Mundial de Sudáfrica en 2010, en el que España se proclamó por primera vez campeona del mundo.


Xavi Hernández

Su progenitor, que fue jugador del Sabadell, le inculcó la pasión por el fútbol. Los ojeadores del Fútbol Club Barcelona le siguieron en varios partidos infantiles de la ciudad egarense a instancias del padre. Por fin, a los once años, hizo una prueba y en julio de 1991 ingresó en la Masia, la residencia de las futuras estrellas del Barça que no proceden de la Ciudad Condal. Xavi se fijó de inmediato en su maestro Josep Guardiola, su actual entrenador y figura clave del Dream Team en aquel entonces. Mirándose en aquel espejo, su progresión fue tan meteórica que el propio Guardiola, que un día lo observaba desde la banda en un partido de juveniles, pronosticó a sus compañeros: "Éste nos va a jubilar a todos". Más o menos así sería. Xavi se convirtió en el sucesor natural de Guardiola, a pesar de que de la cantera surgirían otros excelentes organizadores que se vieron obligados a abandonar las filas del club, como Cesc Fábregas o Vlikel Arteta, que disputan la Premier League inglesa y escocesa, respectivamente.

Su predisposición para aprender cosas, la madurez que irradiaba a tan corta edad y su calidad futbolística propiciaron que en la temporada 1997-1998 pasara del juvenil al Barca B, en el que de inmediato se convirtió en el "cerebro" del equipo. Un equipo en el que Xavi no sólo mandaba y organizaba, sino que marcaba goles con facilidad gracias a sus inesperadas llegadas al área y a su maestría en el lanzamiento de faltas con barrera. Ya entonces, a pesar de su baja estatura (1,70 m) y su menuda complexión (pesa 63 kilos cuando está en plena forma), sería un maestro en la conducción del balón y en la protección del mismo.

En la temporada siguiente alternó sus actuaciones con el B y con el primer equipo, con el que debutó el 18 de agosto de 1998 de la mano del técnico neerlandés Louis Van Gaal, en un partido de la Supercopa de España ante el Real Mallorca. Fue titular y, además, marcó un gol. Van Gaal lo hizo debutar en la Liga el 3 de octubre de aquel mismo año en el Mestalla frente al Valencia, que cayó derrotado por 1-3. Sus intermitentes actuaciones con el primer equipo dieron alas a un Barça alicaído que ocupaba la décima posición de la tabla. Xavi marcó un gol decisivo que dio la victoria a su equipo en el campo del Valladolid, y a partir de aquella victoria, contando más asiduamente con su presencia, los azulgranas remontaron de forma tan espectacular que ganarían la Liga 1998-1999. Era su segundo título profesional, porque poco antes había ganado el Campeonato del Mundo Sub-20 disputado en Nigeria.

En la temporada 1999-2000, debido a una lesión de Guardiola, Xavi se consolidó en el primer equipo. Convencido de sus posibilidades, su juego maduró exponencialmente. Entretanto, su estelar actuación en Nigeria propició que el 15 de noviembre de 2000 debutara con la selección absoluta ante los Países Bajos. Pocos años después ya sería convocado regularmente para defender los colores de España. A partir de la temporada 2000-2001, y con la marcha de Guardiola al calcio italiano, Xavi se convirtió en titular indiscutible, tanto con Van Gaal como con los entrenadores subsiguientes: Carles Reixach, Radomir Antic y Frank Rijkaard. En el Barca, sin embargo, no alcanzaría su tercer título, el de Liga, hasta el 14 de mayo de 2005, tras una marcha penosa del equipo y del club por un desierto de despropósitos. En verano del mismo año se proclamó campeón de la Supercopa de España, título que renovaría al año siguiente, en el que en el partido de vuelta marcó un gol decisivo ante el Real Club Español, al que los azulgranas superaron por 3-0.

Habitualmente las lesiones lo respetaban, por lo que siempre estuvo en forma cuando se requería su participación. Sólo cabe mencionar una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en un entrenamiento en el Camp Nou, en diciembre de 2005. Aquel percance truncó su proyección al obligarlo a estar ausente durante cinco meses, hasta finales de abril de 2006, fecha en que reapareció ante el Cádiz C. F. Aquel año los azulgranas consiguieron de nuevo el título de Liga y la Supercopa de España. Pero el mayor momento de gloria de aquel año 2006 para un equipo que funcionaba como una máquina (gracias al trabajo de Xavi y Andrés Iniesta en la medular y las genialidades de Ronaldinho y Eto'o en la delantera) llegó con la victoria en la Liga de Campeones, la asignatura pendiente del Barça, que sólo tenía en sus vitrinas la conseguida por el Dream Team en 1992. Xavi, sin embargo, no pudo participar en la final ante el Arsenal F. C. debido a su baja forma por la lesión.


Celebrando junto a Iniesta la Champions 2009

En 2007, en el partido de Liga de Campeones ante el Olympique de Lyon, disputado el 19 de septiembre, Xavi igualó a Migueli como jugador del F. C. Barcelona que más partidos había disputado en competiciones europeas (85). Y superó al mítico central ceutí el 2 de octubre de aquel mismo año en un partido frente al VfB Stuttgart. La diferencia, por supuesto, seguiría aumentando. En cuanto a sus partidos con el Barça, el 24 de noviembre de 2007 y ante el club decano español, el Recreativo de Huelva, igualó la cifra de 400 partidos oficiales que ostentaba Guardiola.

Pero sin el título de Campeón de Europa de Naciones de 2008, en la que Xavi explotó al máximo unas cualidades que no prodigaba (pases en profundidad al delantero con mayor ventaja y chutes desde fuera del área), no habría ocupado las primeras página de la prensa. En esa Eurocopa, disputada en Austria y Suiza, el centrocampista azulgrana, adoctrinado por Luis Aragonés, adelantó su posición con éxito rotundo. Marcó su primer gol el 26 de junio frente a Rusia. Y en la final ante Alemania, Xavi dio el pase de gol a Fernando Torres, quien marcó el único tanto del encuentro. Su actuación en la Eurocopa le valió el premio al Mejor Jugador de la competición, una mención que habitualmente recae en un delantero goleador. Los medios de comunicación, sin embargo, coincidieron en que era una elección acertada. Además de esta distinción mayor, Xavi había sido galardonado como el mejor futbolista de las temporadas 1998-1999 y 2004-2005 por la revista deportiva Don Balón, y ya en 1999 había recibido el premio El País como futbolista revelación.


Con David Villa en la final de la Eurocopa 2008

Si con la selección española había vivido uno de los mejores momentos al ganar la Eurocopa, la temporada 2008-2009 le reservaba aún un destino superior: ser parte esencial, junto con Andrés Iniesta, de la organización del juego del F.C. Barcelona en la que fue sin duda la mejor temporada de la historia del club. El Barça, en efecto, logró algo tan insólito en el fútbol mundial como el "triplete", la victoria en los tres torneos en que participaba: la Liga española, la Copa del Rey y la Champions League. El juego exhibido por el equipo maravilló a todo el mundo; por supuesto que fueron el nuevo entrenador (su admirado Josep Guardiola) y la definitiva eclosión del talento de Leo Messi los principales artífices de esa revolución, pero tales éxitos no son concebibles sin organizadores de la talla de Iniesta y del propio Xavi.

La temporada 2009-2010 sumó su quinto título liguero a su palmarés, tras una reñidísima competición en la que el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid alcanzaron registros vertiginosos tanto en goles como en puntos, ganando 31 de los 38 partidos disputados. El Barça, que se anotó también la Supercopa de España, no pudo sin embargo revalidar su victoria en la Champions League al caer en semifinales.

Finalizada la temporada, el Mundial de Sudáfrica de 2010 depararía a Xavi el último título que le quedaba por ganar. Pese a la decepcionante derrota inicial frente a Suiza, la selección española entrenada por Vicente del Bosque se mantuvo fiel a su estilo, y de la mano de Xavi y de sus restantes cerebros centrocampistas (Iniesta, Xabi Alonso, Cesc Fàbegras) encadenó una victoria tras otra hasta derrotar a Alemania en las semifinales y a Holanda en la final. Por primera vez, después de décadas “sin pasar de cuartos”, España se proclamaba campeona del mundo.

Jugador más bien frío en el campo, sus compañeros alaban su entereza y su capacidad para remontar un partido que parece perdido. No va de estrella mediática, aunque cualquier equipo de élite estaría encantado de contar con sus servicios. Pero él se siente tan identificado con su club de toda la vida y con su afición que no ha escuchado los cantos de sirena de otras ligas y otros clubes; piensa retirarse en el Barcelona, cuyo entrenador lo mima y dosifica por temor a las lesiones, alineándolo en los partidos clave. De la temporada 2010-2011 sin duda se recordará el extraordinario gol con que Xavi abrió el marcador frente al Madrid de Jose Mourinho.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].