Bob Hope

(Kent, 1903 - Toluca Lake, California, 2003) Actor y cantante estadounidense de origen británico. Leslie Towne Hope nació en Eltham, un pueblo del condado de Kent, Inglaterra, el 29 de mayo de 1903. Era el quinto de los siete hijos de un picapedrero, William Henry Hope, y de Avis Townes, una galesa que vio frustradas sus aspiraciones de cantante lírica ante su numerosa prole y una exigua situación económica.

En 1907, la familia emigró a Estados Unidos y se estableció en Cleveland, Ohio. Allí se educó el futuro cómico en escuelas estatales y, mientras cursaba sus estudios en la East High School, trabajó en los oficios más diversos. Fue vendedor de periódicos, chico de los recados en la carnicería de su hermano Fred, dependiente de un quiosco de refrescos y vendedor en una zapatería.


Bob Hope

Tras terminar el bachillerato, fue también boxeador amateur y colaboró en un periódico local como reportero. Mientras tanto, fue a clases de danza con el profesor King Rastus Brown y de claqué con un conocido zapateador de la época, Johnny Root, y en cuanto creyó dominar los pasos básicos, convenció a su novia de entonces, Mildred Rosequist, para que se convirtiese en su compañera de baile. Ambos tenían diecisiete años.

Hope cambió legalmente su nombre por el de Bob cuando, a instancias de su padre, se nacionalizó toda la familia. Con su nueva identidad y acompañado de su amigo Lloyd Durbin, un día de 1920 se presentaron en el Bandbox Theater de Cleveland, donde iba a actuar el cómico Roscoe Arbuckle -famoso compañero de Charles Chaplin en una larga serie de filmes-, para ofrecerse como teloneros y fueron admitidos.

Su número de baile conquistó al público y al propio Fatty Arbuckle, que los recomendó a un director de una compañía de comedias musicales en gira por la zona. Cuando contactó con dicho personaje había pasado un año y formaba pareja con otro amigo, George Byrne, pero logró firmar un contrato que los llevó por muchas ciudades antes de recalar en Nueva York, donde se sumaron a su actuación las siamesas Daisy y Violet Hilton.

Tan peculiar cuarteto llamó la atención del público y de un productor teatral que les dio la oportunidad de actuar en una producción de Broadway, Sidewalks of New York, protagonizada por Ruby Keeler. Corría ya 1927, y pese al relativo éxito, Bob estaba cansado de bailar y empezó a introducir chistes en sus presentaciones. Algún tiempo después, la respuesta favorable de la audiencia en un teatro de New Castle, en Pensilvania, lo animó a seguir por esa vertiente y en solitario.

De Broadway al cine

El primer reconocimiento de la crítica lo obtuvo en Broadway, tras su intervención en Ballyhoo (1932) y, sobre todo, en el musical Roberta (1933), que cambió incluso su vida privada, ya que en febrero de 1934 se casó con una de las cantantes del elenco, Dolores Reade, su única e inseparable compañera durante los casi setenta años de vida que el cómico tenía por delante. El matrimonio no tardó en adoptar a sus cuatro hijos, Linda, Anthony, William Kelly y Honora.

Mientras, la carrera de Bob se consolidaba con otros musicales, como Say when (1934), Ziegfeld follies (1936) o Red, hot and blue (1936), donde secundaba a la pareja protagonista, Ethel Merman y Jimmy Durante; una serie de comedias de pretensiones didácticas para el departamento de Educational Films de la Warner Bros en Nueva York; los programas de radio The family hour y Woodbury soap show, que lo mantuvieron unido a la emisora NBC hasta mediados de la década de los sesenta, y su debut en el cine en The big broadcast of 1938 (1938), en el que cantaba a dúo con Shirley Ross la canción Thanks for the memory, desde entonces su melodía distintiva.


Fotograma de The Great Lover (1949)

En 1940 su popularidad alcanzó un espectro mucho más amplio al presentar por primera vez la ceremonia de entrega de los Oscars, un cometido para el que la Academia de Hollywood lo convocó en veinte ocasiones, la última en 1978. Por aquellos días acababa de coprotagonizar, con Bing Crosby, la primera película de la serie «Road to...», que arranca con Ruta de Singapur (Road to Singapore, 1940), alcanza su mayor éxito de taquilla con Camino de Río (Road to Rio, 1947) y finaliza con la nostálgica Dos frescos en órbita (Road to Hong Kong, 1962).

En todas ellas y en otras comedias no menos exitosas, como La princesa y el pirata (1944), Monsieur Beaucaire (1946), Rostro pálido (1948) o La gran noche de Casanova (1954), Bob Hope desplegó el repertorio de muecas y gags rayanos en el absurdo que le convirtió en el cómico más cotizado de Estados Unidos.

El cómico más rico de la historia

Para los críticos menos complacientes, su carrera perdió todo interés a fuerza de repeticiones, y muchos coinciden en que una de las pocas películas destacables en su extensa filmografía es Alias Jesse James (1959), de Norman McLeod. El actor, como es natural, solía destacar un buen puñado de sus filmes, pero tenía en especial estima Ruta de Marruecos (Road to Morocco, 1942), uno de los primeros títulos de la serie que tanta popularidad le reportó. Sin embargo, no hizo oídos sordos a esa alerta crítica y diversificó con talento su actividad para no dejar que su estrella languideciera.

A partir de la década de los sesenta dedicó muchas horas a la televisión. Había debutado en ese medio en su mejor momento, en 1950, cuando llevaba varios años consecutivos como el actor más taquillero de Hollywood, y lo hizo con un show a su medida, Star spangled revue. En su nueva etapa siguió la misma receta y por su espacio pasaron todas las estrellas y políticos de relieve de la época.

Ya entonces se empezó a hablar de su cuantiosa fortuna, valorada a su muerte en más de 500 millones de dólares, y se le consideraba el cómico más rico de la historia del show-business. La culminación de esa labor en la NBC fue el especial Laughing with the presidents (Riendo con los presidentes), en noviembre de 1996, por el que pasaron Bill Clinton, George H. Bush y Gerald Ford. Hope estaba en su salsa e hizo gala del humor con el que tan bien supo conectar con sus compatriotas: «Soy tan viejo que mi grupo sanguíneo ha caducado».

Bob Hope falleció el 27 de julio a los cien años de edad en su casa de Toluca Lake, California. Cómico legendario, muy querido en Estados Unidos, esta admiración y también su longevidad le permitieron hacerse acreedor de todos los reconocimientos posibles, entre ellos cinco Oscars de honor de la Academia.

Dos meses antes de su muerte, 35 estados de la Unión festejaban su centenario de vida y él recibía mensajes de felicitación y gratitud de la Casa Blanca, la reina Isabel II de Inglaterra y el papa Juan Pablo II, además del homenaje del presidente George W. Bush al instituir el premio Americans Patriot Bob Hope «para civiles que demostraron extraordinario amor por el país y devoción por las fuerzas armadas». Bob Hope era el actor más galardonado de la historia, y figura en el Libro Guinness por sus 1.500 premios y por otros récords, como haber sido el único artista contratado durante sesenta y dos años seguidos por la cadena de radio y televisión NBC, o el presentador que más veces condujo la gala de los Oscars.

Debería figurar también como el animador oficial de las tropas estadounidenses, un servicio a la patria que llevó a cabo durante seis décadas en numerosos conflictos, desde la Segunda Guerra Mundial hasta la guerra del golfo Pérsico. Y es que la larga vida de Bob Hope, junto a su igualmente prolongada actividad artística, discurrió también por otros derroteros que le dieron tantas o más satisfacciones que las que obtuvo como actor, aunque como cómico hizo del buen humor su seña de identidad más visible.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].