Alfonso de Palencia

(Alfonso o Alonso Fernández de Palencia; Palencia, 1423 - Sevilla, 1492). Escritor y cronista castellano. Protegido del arzobispo de Toledo, Alonso I de Fonseca, Alfonso Fernández de Palencia se educó con el obispo burgalés Pablo de Santa María (antiguo rabino de la ciudad castellana, que había sido convertido al cristianismo por San Vicente Ferrer) y con Alonso de Cartagena, familiar lejano suyo y también obispo de Burgos, a quien acompañó en la embajada enviada por el rey Juan II de Castilla al condestable Álvaro de Luna durante el cerco de Maqueda (primavera de 1441).

En su juventud se trasladó a Italia, donde permaneció durante una década y entró al servicio del cardenal griego Bessarion. En Florencia entabló amistad con el humanista Donato Acciaiuoli, traductor de Plutarco, biógrafo de Carlomagno y comentarista de Aristóteles, y en Roma acudió a las lecciones de retórica, filosofía e historiografía del secretario del papa Nicolás V, Jorge de Trebisonda.


Primera edición de Universal vocabulario en latín y en romance (1490), de Alfonso de Palencia

De vuelta en Castilla, el monarca Enrique IV (1454-1474) lo nombró en 1456 cronista del reino, cargo en el que sucedió al fallecido Juan de Mena. Pero sus relaciones con el rey se rompieron al pasarse su protector, el arzobispo Alonso de Fonseca, al bando del infante Alfonso, hermanastro de Enrique IV al que gran parte de la nobleza quería instalar en el trono. Fernández de Palencia se trasladó entonces a Roma como emisario del arzobispo y de otros nobles con el fin de exponer al papa Pío II sus quejas contra Enrique IV.

Al morir el infante Alfonso en 1468, y abierta la disputa por la sucesión de Enrique IV entre su hija Juana la Beltraneja y su hermana Isabel, Alfonso de Palencia se declaró partidario de la infanta Isabel (la futura reina Isabel la Católica), interviniendo activamente en las negociaciones de su matrimonio con Fernando II de Aragón el Católico. Enemistado tiempo después con Fernando el Católico por apoyar a la reina en la polémica que surgió entre ambos cónyuges sobre cuál de los dos tenía prioridad en Castilla, se retiró de la política a la vida privada hasta su muerte.

Anticipándose a Antonio de Nebrija, Alfonso de Palencia compuso el primer diccionario castellano, Universal vocabulario en latín y en romance (1490); impreso a dos columnas, una en latín y la otra en castellano, es fruto del entusiasmo que por el latín sintió la corte de Juan II, acrecido más tarde en la de los Reyes Católicos. Escribió además los Nueve libros de la guerra contra los moros granadinos y una serie de obras de las que sólo se conoce el título, pero su obra maestra, escrita en latín, es Alphonsi Palentini gesta Hispaniensia ex annalibus suorum diebus colligentis, una de las más importantes crónicas del reinado de Enrique IV. Se divide en tres décadas y modernamente fue traducida al castellano por Antonio Paz y Meliá con el título de Crónica de Enrique IV (1904-1908); es patente en ella la animadversión del autor hacia el monarca.

También son de su autoría el Tratado de perfección militar (1460), en el que señala la indisciplina como principal defecto de los soldados españoles, y Batalla campal de perros y lobos (1457), obra escrita originariamente en latín y traducida por el autor al castellano en que reflejó en forma de fábula alegórica los enfrentamientos civiles de su tiempo. Se le atribuye en cambio sin demasiado fundamento el poema satírico Coplas del Provincial. Alfonso de Palencia tradujo del latín las Vidas paralelas de Plutarco y La guerra de los judíos de Flavio Josefo.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].