Manuel Quimper

(Manuel Quimper Benites del Pino; Lima, 1754 - 1844) Navegante y explorador español. A los dieciséis años entró en la Compañía de la Marina Española de Lima, e inició su primera navegación el 10 de octubre de 1770 en el navío de línea San Lorenzo con destino a la isla de Pascua, a la que los españoles habían bautizado con el nombre de San Carlos. Regresó a Lima el 28 de marzo, e ingresó en la Universidad de San Marcos, donde se especializó en matemáticas y náutica.

En 1774 se graduó con sobresaliente, y navegó bajo las órdenes de Domingo Boenechea con destino a la isla de Tahití, que los españoles bautizaron como Amat. Tras la ceremonia de sumisión de los nativos, los expedicionarios ayudaron a levantar una misión que administró la Orden de San Francisco. Después, la nave regresó al Callao, el puerto de Lima, capitaneada por Tomás Gayangos, pues el capitán Boenechea había fallecido durante el viaje.

De junio a diciembre de 1777, Quimper navegó en la urca Nuestra Señora de Monserrat transportando maderas entre Guayaquil y Callao; y en 1782 estuvo destinado en un barco que reconoció la isla de Juan Fernández y el puerto de Valparaíso (Chile). Un año después se instaló en el Callao con el empleo de ayudante del capitán de fragata Juan Hezeta, jefe de ingenieros.

Entre 1785 y 1786, Quimper sirvió bajo las órdenes del capitán de navío Antonio María Vacaro en la escuadra que defendía el Pacífico Sur. En abril de 1786 salió del Callao rumbo a Cádiz en el navío Santiago la América, y llegó cuatro meses más tarde a su destino. Por sus trabajos y navegaciones, Carlos III le ascendió a alférez de navío en abril de 1787.

Quimper permaneció casi tres años en España, estancia truncada por la orden del ministro de Marina, Antonio Valdés, que le obligó a trasladarse a la Nueva España. Le acompañarían otros seis oficiales para participar en la exploración del noroeste de América y en el abastecimiento de las misiones franciscanas y dominicas de la Baja y la Alta California. Quimper partió de Cádiz el 26 de mayo de 1789 en el navío San Ramón, que iba capitaneado por el brigadier Pedro Autrán, que también conducía al nuevo virrey mexicano, el segundo conde de Revillagigedo. Otro pasajero del navío fue el marino limeño Juan Francisco de la Bodega y Quadra, quien fue elegido comandante del departamento marítimo de San Blas (Nayarit, México).

A este destino se dirigieron todos los oficiales tras desembarcar en Veracruz y atravesar por tierra el virreinato novohispano. Al llegar al citado departamento, Quimper y sus compañeros se enteraron de los incidentes de Nutka, que dieron como resultado la captura de dos barcos ingleses: la balandra Princesa Real y el paquebot Argonauta. Ambos navíos, capitaneados respectivamente por Thomas Hudson y James Colnett, habían llegado a las costas del noroeste de América para capturar pieles de nutrias, muy apreciadas en los mercados asiáticos. Los barcos fueron apresados por Esteban José Martínez, destinado a ocupar Nutka en nombre del rey de España, y conducidos a San Blas.

Enterado el virrey, ordenó a Quimper que devolviese la balandra Princesa Real a los ingleses para evitar un conflicto diplomático, que al final se produjo (la "Nutka Sound Controversy"), y estuvo a punto de llevar a España e Inglaterra a la guerra. Además, el virrey Revillagigedo le encargó que indagase las intenciones de los ingleses y reconociese el estrecho de Juan de Fuca. Quimper partió de San Blas el 3 de febrero de 1790. Permaneció en Nutka entre el 5 y el 25 de mayo, reparando varios desperfectos de la balandra y, al no encontrar a los ingleses, inició el reconocimiento de Juan de Fuca para comprobar si desembocaba en el Atlántico.

Quimper dejó Nutka el 31 de mayo, llevando de piloto a Gonzalo López de Haro. El primero de junio, los expedicionarios llegaron a la ensenada de Clayoquot, donde permanecieron diez días. En este tiempo reconocieron la costa y la llenaron de topónimos españoles que recordaban a sus compañeros y a los políticos de la época: Puerto de Revillagigedo (Sooke), Puerto Eliza (Pedder Bay), Puerto de Valdés y Bazán (Royal Roads), Puerto Quimper (Dungeness), Puerto de Bodega y Cuadra (Discovery Bay), Puerto de Córdoba (rada de Esquimault) y Puerto de Núñez Gaona (Neah Bay).

A pesar de estos trabajos cartográficos, Quimper no llegó a averiguar que el estrecho de Juan de Fuca era en realidad el canal meridional de una isla (Vancouver island). El 4 de agosto puso rumbo a Nutka, donde debía de entregar la balandra a los ingleses, pero, debido al mal tiempo, cambió el rumbo y se dirigió a Monterrey, capital de la provincia española de la Alta California, en donde ancló el primero de septiembre. Reparada la nave, volvió al puerto de San Blas, finalizando el viaje el 13 de noviembre de 1790.

Informado Revillagigedo de los sucesos de la exploración, ordenó que la Princesa Real fuese entregada al armador británico, la South Sea Company, en Macao. La Corte aprobó el viaje, pero el virrey le añadiría una nueva comisión: el reconocimiento de la islas Sándwich (Hawai), estratégico archipiélago que se encontraba en el centro del Pacífico Norte y destino ideal para que invernaran los barcos que comerciaban con las pieles del Noroeste.

Quimper zarpó de San Blas el 14 de febrero de 1791 y el 20 de marzo siguiente avistó las islas. Tres días más tarde ancló en la costa occidental de Hawai. Después recorrió el litoral y el 1 de abril alcanzó la bahía de Kealakekua, escenario de la muerte de James Cook el 14 de febrero de 1779. El 6 de abril dejó Hawai y puso rumbo a la isla de Maui, bautizando la bahía de Maalaea como ensenada de Quadra. Después reconoció la isla de Oahu, la que llamó ensenada de Quimper, lugar donde se levantaría en el siglo XX la base naval norteamericana de Pearl Harbor.

Aquí se produjeron diversos intercambios con los isleños, que regalaron a los españoles valiosas perlas y mantos. Finalmente, el 19 de abril, Quimper se dirigió a Manila. Llevaba en sus bodegas más de tres mil pieles de nutria para entregar a la Real Compañía de Filipinas en Macao, pero al llegar a esta ciudad un gran huracán afectó al barco y a la carga de pieles, que tuvieron que ser rematadas por dos mil dólares.

Manuel Quimper debía regresar a San Blas a bordo de la fragata San José de Ánimas, pero permaneció en Cavite en espera de la autorización real para casarse con la andaluza Francisca Márquez, viuda del fallecido intendente de la provincia de Camarines, Antonio Carrión. En Manila recibió a los miembros de la expedición de Alejandro Malaspina, a quien Quimper entregó la colección cartográfica que había realizado en las islas Hawai.

Finalmente, zarpó el mando de la fragata San José de las Ánimas, acompañado de la goleta Valdés. Un huracán las separó poco después de salir de las Filipinas, llegando la fragata en solitario a San Blas el 6 de noviembre de 1792. Este mismo año, Quimper fue ascendido a teniente de navío y obtuvo el permiso para casarse. Estuvo en San Blas hasta julio de 1796 cuando regresó a España, e ingresó al año siguiente en la Orden de Calatrava.

En mayo de 1797, Quimper se embarcó en el navío San Rafael, perteneciente a la escuadra de José de Mazarredo. En noviembre fue destinado al apostadero de Algeciras bajo las órdenes de Bruno de Heceta. No tuvo respuesta su petición de ser nombrado gobernador de la ciudad de Guayaquil, pero a cambio fue nombrado comandante de Bandera de los batallones de Marina en Madrid entre 1798 y 1802. Este último año fue destinado a Veracruz con el cargo de ministro tesorero de la Caja Nacional.

En 1805 fue nombrado gobernador de Huamanga (Ayacucho), en Perú, pero no tomó posesión del mismo ya que el virrey José Fernando de Abascal y Sousa se lo canjeó por el de gobernador de Puno, en las orillas del lago Titicaca, donde permaneció hasta su cese en 1810. Volvió a ese cargo unos meses más tarde al fallecer su sucesor, Manuel Antonio Nieto, donde permaneció hasta 1814, cuando fue destinado de nuevo a Huamanga, aunque se demoró de nuevo su viaje a causa de las rebeliones independentistas. Finalmente, gobernó durante tres años la citada ciudad y regresó a España en 1820, donde recibió la cruz de San Hermenegildo. Durante el saqueo de Puno perdió numerosa documentación personal.

Los últimos años de Manuel Quimper están llenos de sombras. Se sabe con certeza que entregó en Madrid un poder en febrero 1822 y regresó al Perú, donde, según el conde de Torata, se unió a los patriotas en 1823. El gobierno del Perú le nombró capitán de fragata y más tarde de navío, pero no hay constancia documental.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].