Enrico Thovez

(Turín, 1869 - id., 1925) Escritor italiano. Crítico literario y de arte, es autor de varios poemarios, entre los que destacan El poema de la adolescencia (1901) y Poemas de amor y de muerte (1922).

Director del Museo Cívico d'Arte Moderna de su ciudad natal, el crítico literario y artístico, poeta y pintor Enrico Thovez fue uno de los principales polemistas de la literatura italiana de los primeros años del siglo XX. Tendió a la destrucción de los viejos mitos y al afianzamiento de una renovación literaria en sentido antihumanista y antitradicionalista.


Enrico Thovez

En su obra más conocida, El pastor, el rebaño y la zampoña (1910), destaca la violencia de la polémica contra Carducci y D'Annunzio. Aun cuando pretendió fundamentar su posición en una amplitud de criterio de proporciones europeas, el éxito actual de la crítica de Enrico Thovez se halla esencialmente vinculado a sus cualidades personales y a su corrosiva agudeza.

El pastor, el rebaño y la zampoña consta de tres partes: en la primera, titulada "El pastor", combate el clasicismo amanerado, porque representa un anacronismo, un paso atrás frente a la reforma lírica leopardiana, que ya a principios de 1800 había unido la más severa dicción clásica a sentimientos y pensamientos completamente modernos. Según Thovez, Carducci no supo captar el "germen de enseñanza progresiva oculto en la obra de Leopardi", puesto que su inspiración no es movida por un ideal humano universal, sino restringida a un ideal étnico y político que determinó una poesía de cultura, de imitación y de escuela, destinada a tener éxito en el género encomiástico y celebrativo, pero no a alcanzar la cumbre de una lírica orgánica y universalmente humana.

En la segunda parte, "El rebaño", Enrico Thovez se pregunta si Gabriele D'Annunzio fue efectivamente un gran poeta. Su contestación es explícita: fue un prodigioso malabarista, un hombre provisto de un perfecto mecanismo mental y de muy refinado sentido estético; pero le faltaron corazón, alma y carácter. De todos modos reconoce sus méritos artísticos cuando, sin superar los límites de su sensualidad imaginativa, alcanza nuevos y prodigiosos efectos de expresión, de visión fantástica y sugestión sonora.

La parte más importante del libro es indudablemente la tercera: "La zampoña", constructiva y lírica, en la que Thovez expone su ideal poético. Los primeros capítulos los dedica a los griegos, a los que evoca por su genio poético, su prodigiosa sencillez y su franca y ardiente humanidad. Y de la lírica griega parte para buscar las leyes de la moderna, examinando algunos poetas extranjeros que tradujeron la aspiración romántica de su siglo. Remacha así las razones de su crítica contra la artificiosidad de la lírica de Carducci y de D'Annunzio, para volver a Leopardi como al único y verdadero gran exponente de la moderna lírica italiana; basándose en el verso libre de éste, Thovez explica las razones de su propia reforma rítmica, que aspira a liberar de las formas cerradas y de la rima a la poesía de sentimiento, la cual debe buscar leyes de más intrínseca musicalidad. La obra, que ocasionalmente peca de excesos de argucia juvenil y está limitada críticamente por un gusto demasiado exclusivo, lleva especialmente la huella de un carácter puro y de una segura fe en su ideal.

De la producción de Enrico Thovez como poeta hay que destacar El poema de la adolescencia (1901) y Poemas de amor y de muerte (1922). Su primer libro de versos, El poema de la adolescencia, se compone de una especie de prólogo o introducción y de cuatro partes distintas: "Sombras de muerte", "Sombras de ensueños", "Vértigos" y "Anhelos", que traducen, respectivamente (puesto que el poema, según dice el autor, representa la fase de cuatro años sucesivos), los anhelos y los sueños de la juventud, un primer amor desgraciado y la añoranza de lo que hubiera podido ser y no ha sido.

En las dos primeras partes, ricas en elementos descriptivos, encontramos delicadísimas pinturas de paisajes primaverales y otoñales de la colina turinesa; el ambiente está descrito con un colorido sugestivo, que sólo un pintor en potencia podía captar (y Thovez fue llamado justamente el poeta-pintor). En la segunda, en cambio, domina el elemento lírico y pasional, determinando la nueva entonación realista que sólo se desarrollará, sin embargo, en los Poemas de amor y de muerte.

En la última parte encontramos, en fin, la completa y perfecta forma de su poesía juvenil, y muchas de estas poesías funden armoniosa y originalmente el elemento pictoricodescriptivo con el liricosentimental. Están compuestas, como todo el poema, en hexámetros dactílicos: innovación métrica del autor que, aunque con ciertas monotonías, libera al poeta de la estrechez de las formas cerradas y de la rima, para encaminarlo a la reforma métrica de los Poemas de amor y de muerte. La entonación subjetiva y romántica, la búsqueda de sugestiones de naturaleza y ambiente y la aspiración a una sublimidad de sentimiento que transforme el amor humano en pura fuerza sentimental hacen del poema la expresión de una poesía aristocrática y consciente, que coloca a Thovez entre los exponentes más delicados y personales del arte italiano de los últimos años del siglo XIX.

Publicados en 1922, los Poemas de amor y de muerte representan la cúspide de la reforma métrica de Thovez, y fueron trabajado por espacio de veinte años (algunos de sus poemas se remontan, en su primera redacción, a 1902-1903). A diferencia de El poema de la adolescencia, de entonación elegíaca y sentimental, estos poemas se apoyan en una despiadada concepción realista del mundo, que se colora de un matiz trágico. La ceñida búsqueda de una forma clásica que se base en la "generalización ideal alcanzada por los antiguos" y el cruel pero sincero realismo de la expresión hacen del Thovez de este libro un precursor de la lírica moderna.

Una primera parte, "A la casa de los antepasados", señala una etapa intermedia entre el Poema de la adolescencia y las odas de la madurez. La parte que sigue comprende, en cambio, tres poemas distintos y no relacionados entre sí: "El sueño del Bárbaro", "Brunilda moribunda" y "El Tristán demente"; este último, el más importante, narra en forma dramática la desventurada situación sentimental del autor.

En "Odas e himnos", que constituyen una sección, Thovez revela una nueva potencia en la brevedad de los versos (yambos y troqueos), en la concisión de los acentos y en la fuerte onda rítmica en absoluta armonía con el sentimiento interior. Las odas representan el concentrarse del poeta en una meditación trágica: "A las aguas insomnes", "A Shelley", "A la duda", "Al olvido", "Al sueño" (para no citar sino los más significativos) quedarán como testimonios del doloroso esfuerzo solitario de uno de los poetas italianos más rudamente combatidos de fin de siglo. Las dos últimas poesías, "Odas al tiempo", son de carácter sustancialmente reflexivo.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].