Juan Manuel Guerrero

[Por Sergio Zepeda Navarro, colaborador de la sección Especiales]

Presentación
I. Vida familiar
II. Iniciación
III. 1948 - 1954
IV. 1955
 
V. 1956 - 1958
VI. 1959
VII. 1960 - 1962
VIII. 1963
 
IX. 1964 - 1970
X. 1970 - 1979
XI. Artículos finales
XII. Referencias

IX. 1964 - 1970

En los años restantes de la década de los 60, Juan Manuel realiza una actividad artística impresionante. Va nuevamente a Estados Unidos para presentarse en diferentes centros nocturnos, sobresaliendo la visita al Zambra Club, donde se encuentra con Xavier Cugat y revive aquellos años de gloria con el músico catalán.

Destacan también las presentaciones en el salón de fiestas del restaurante Puerto Vallarta, ubicado en el 601 de Eddy Street, San Francisco, California.

Canta en el Sinaloa, centro nocturno de gran prestigio localizado en el 1416 de Powell St., de la misma ciudad.

Luego viaja al Viejo Continente, en una pequeña gira de seis semanas por el Reino Unido, interpretando un mosaico de canciones universales en el que resalta la música ranchera e interpreta las clásicas composiciones de los grandes maestros mexicanos.

Son 23 años de giras, ambientes de centro nocturno, festivales, teatro, películas, programas de radio y televisión: en sí toda la actividad de un gigante de la música popular.

Sin embargo, aun con toda esta carga de trabajo profesional que llevaba a cuestas, Juan Manuel nunca se olvidaba de los suyos, nunca deja de visitar su San Martín para estar con la familia y los amigos. Es una persona con grandes valores morales, así que el éxito y triunfo en los más grandes y exigentes escenarios internacionales nunca lo hace "perder piso"; al contrario, lo convierte en una persona humilde, sencilla, y sobre todo, respetuosa de los demás, reservada en ciertas ocasiones.


Actuación en el programa de Canal 2,
X. E. W. T. V. de Televicentro “MAX FACTOR”
México D. F., 1966.

Al llegar al pueblo, su gran amigo y maestro don Zacarías Rubio lo recibe con su gran orquesta y organiza una recepción familiar, donde Juan Manuel interpreta lo mejor de su repertorio, tanto en español como en inglés, italiano, francés, ruso y otros idiomas. Su señora madre siempre le pide: "Juan, canta como tú sabes" a lo que él contesta: "No te vueles, Concha Rea, yo no canto".

La familia se reúne y disfruta de la interpretación y éxito que Juan Manuel ha logrado en el arte que domina a la perfección.

Después de la recepción, pasa los días en la casa de don Zacarías, donde ambos estudian e interpretan las melodías compuestas por Juan Manuel, además de cantar sus canciones favoritas Primorosa, primorosa; Africano soy (ambas de su inspiración), Sivoney y Celos; don Zacarías al violín, que según sus mejores críticos "lo hacía hablar", y Juan Manuel al piano, donde demostraba toda su habilidad musical.

Por las tardes visita a sus hermanas y tíos, además de saludar a sus amigos y visitar el templo de San Martín de Tours. Es precisamente en una de esas visitas, concretamente la Semana Santa de 1967, la que marca un nuevo hito su vida. Él canta en el templo con motivo de la celebración de las Siete Palabras, y al salir conoce a la mujer con la cual se uniría unos años más tarde.

Después de su participación, indispensable en la Semana Santa, se retira del templo en compañía de su inseparable amigo don Zacarías, ve a la señorita Carmen Garibay, inmediatamente siente gran atracción por ella y "aparece Cupido". No se dirigen palabra alguna, sin embargo Juan Manuel está impactado por la belleza de la dama.

Pregunta a don Zacarías: ¿Quién es esa señorita? Y el amigo le comenta los generales de la familia.

Juan Manuel, que es muy tímido, por lo menos aquí en San Martín, no se atreve a buscarla y establecer un diálogo personal; el tiempo transcurre y tiene que reincorporarse a su actividad artística, en New York.

Desde ahí, dos meses más tarde le envía una carta a su amigo don Zacarías y le pide el favor de entregarle otro documento, a la señorita Carmen Garibay.

Don Zacarías cumple con la petición de su amigo y localiza a Carmen, le entrega la carta; ella la recibe con gran alegría y presagia el inicio de un romance con esta importante persona que ella admira desde pequeña, por la fotografía artística de la publicidad que había observado en la casa de Juan Manuel, ubicada por la calle Hidalgo.

Y es que de niña, cuando pasaba por ahí para realizar algún encargo de su familia, se subía a la protección de la ventana porque la gran fotografía le llamaba la atención, y sobre todo, el rostro de este artista. Ahora, él le envía una carta en la que le solicita iniciar una amistad y conocerse más.

La señorita Garibay contesta, comentando que agradece a Juan Manuel su atención, y que está en la mejor disposición de iniciar esta amistad, que termina en una profunda relación afectiva.

Así pasan los días y al cabo de dos meses, Juan Manuel vuelve a San Martín, para pedirle que formalicen su relación; entonces le declara su amor y cariño, y le pide que sea su novia.

Al año de iniciar el noviazgo, le comenta que sus intenciones son muy formales y que desea formar una familia con ella. La señorita Garibay acepta, y aún con el mundo recorrido y el ambiente en el cual se desempeña, no siente ningún temor de que él falte a su palabra, rodeado de mujeres bellas y hermosas. Ella sabe que Juan Manuel es un hombre respetuoso, maduro, serio y, sobre todo, ambos saben lo que quieren.

El tiempo transcurre y a dos años de noviazgo, después de giras por los Estados Unidos y el Viejo Continente, Juan Manuel vuelve a San Martín, busca a don Zacarías y solicita lo acompañe a llevarle serenata a su novia, para entregar el anillo de compromiso. Consiguen un vehículo, suben el piano y ambos se van al domicilio de la señorita Garibay; llegan hasta su ventana y ahí inician su participación musical. Don Zacarías al violín, Juan Manuel al Piano y en la voz. Es tan rico el repertorio ofrecido, que algunos vecinos salen a sentarse en las puertas de sus casas para escuchar la excelente serenata; aplauden al por mayor, tanto, que más parece un concierto que una serenata romántica, con un motivo muy especial.

Entrega el anillo de compromiso y acuerdan la fecha de la boda: 24 de diciembre de 1970, precisamente el día del cumpleaños de Juan Manuel. Sus padrinos serán la pareja formada don José Guerrero y su señora esposa doña Micaela Santos, uno de los matrimonios con mayor abolengo y respeto en esta comunidad.

La ceremonia religiosa se realiza en el Templo de San Martín de Tours. Es un momento muy especial para la Familia Guerrero Rea. Sigue una recepción muy familiar; lo acompañan su inseparable amigo don Zacarías Rubio y su orquesta en la parte musical. Ahí mismo se lleva a cabo el enlace matrimonial por lo civil, y después una velada romántica y llena de música, por la calidad de la prestigiada orquesta y su director.

Cómo citar este artículo:
Zepeda Navarro, S. (2007). «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España. Disponible en [fecha de acceso: ].