Alexis Emmanuel Chabrier

(Ambert, 1841 - París, 1894) Compositor francés que fue una de las figuras más singulares de la música francesa de finales del siglo XIX. Su obra, precursora del impresionismo, incluye operetas de alta dignidad artística, piezas para orquesta (España, 1883) y música para piano. El estilo pintoresco y despreocupado de sus composiciones más representativas (entre las cuales deben también citarse las diez Pièces pittoresques) ejerció poderosa influencia en autores tan ajenos a su estética como Erik Satie, Claude Debussy y Maurice Ravel.


Emmanuel Chabrier

Hijo de un abogado, Emmanuel Chabrier estudió derecho e ingresó en 1861 como empleado supernumerario en el Ministerio de Asuntos Interiores. Pero su vocación lo impulsó a cultivar, con empeño cada vez mayor, la música, que había aprendido de niño. Apasionado por el arte, empezó a frecuentar los círculos parnasianos e impresionistas: se hizo amigo de Manet (que lo retrató) y trabó amistad con Verlaine; este último se prestó a hacer de libretista cuando Chabrier quiso intentar la opereta a lo Offenbach con Vaucochard et Fils 1.er (1863) y Fish-Ton-Kan (1865).

En 1874 entró a formar parte de la Société Nationale de Musique, donde exhibió en conciertos su virtuosismo en el piano y presentó algunas composiciones suyas. En el año 1877 estrenó la ópera cómica L'étoile en los Bouffes Parisiens, a la que seguiría la deliciosa opereta Une éducation manquée (1879). En 1879, por último, abandonó su empleo y durante un viaje a Munich, en marzo de 1880, una audición del Tristán le dejó prendado del arte de Wagner, en el que podría después profundizar mejor como maestro auxiliar de los coros en los conciertos Lamoureux (1882).

En esta etapa se abre el paréntesis de otro viaje, esta vez a España: un baño de color que da sus frutos en la rapsodia para orquesta España (1883). Su compatriota Émile Waldteufel popularizó aún más esta composición al transcribirla al piano como una suite de piezas independientes.

Sin embargo, la innata ambición y sobre todo la exigencia que le incitaba a una renovación dramática volvió a llevarle a Wagner, cuya influencia es sensible en la ópera en dos actos Gwendoline (1886) y en la ópera cómica Le roi malgré lui (1887); en Chabrier, la opereta alcanza la dignidad artística de la ópera. Después de 1889 abandonó la música escénica y escribió páginas pianísticas, romanzas y la cantata L'ode à la musique, con versos de Edmond Rostand. Pero volvió inmediatamente después a los escenarios con otra ópera seria, Briséis, que quedó incompleta por la parálisis que puso fin a sus días.

La obra de Emmanuel Chabrier se reveló como rico semillero que habría de germinar y florecer en las generaciones sucesivas de la escuela francesa, desde Debussy y Ravel (quien le tuvo una devoción particular) hasta los compositores más recientes. La expresión más verídica y seductora de este músico irregular ha de buscarse en el Chabrier llamado menor: las óperas cómicas, la rapsodia para orquesta España, algunas composiciones líricas y sus piezas para piano, entre ellas las diez composiciones para piano agrupada en Pièces pittoresques (1881), los tres Valses romantiques para dos pianos (1883) y la Bourrée fantasque (1891), más tarde orquestada.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].