Juan Correa de Vivar

(Mascaraque, hacia 1510 - Toledo, 1566) Pintor español, activo en Toledo en el segundo tercio del siglo XVI, cuya obra se caracteriza por la influencia del estilo renacentista derivado de Rafael. Nacido en la provincia de Toledo, Juan Correa de Vivar se formó en el círculo de Juan de Borgoña. Uno de sus primeros trabajos documentados es el retablo de Almonacid de Zorita (1554), aunque más importante era el de la iglesia de Mondéjar (1555), destruido en la Guerra Civil, en cuya realización participó con otros dos ilustres artistas del renacimiento español: el arquitecto Alonso de Covarrubias y el escultor Juan Bautista Vázquez.

La pintura de Juan Correa de Vivar posee un estilo lleno de lirismo y belleza, como puede apreciarse en El tránsito de la Virgen (hacia 1548, Museo del Prado, Madrid), muy relacionado con el arte de Rafael Sanzio. Se representa a la Virgen en el lecho, con el rostro muy pálido; al fondo se encuentran los Apóstoles, en color más oscuro y en actitudes muy movidas y variadas. A la izquierda se coloca, en primer término, el donante, Don Francisco de Rojas, figura en quien Correa muestra sus dotes de retratista; y en la parte superior, la ventana central representa la asunción de la Virgen. Sin embargo, en la última etapa de su producción, Correa recibió la influencia del manierismo, tanto en sus alargadas figuras como en el inestable tratamiento de las mismas, como en el caso de La Anunciación (1559, Museo del Prado).


Presentación de Jesús en el Templo y La Visitación (1539-1552), de Juan Correa de Vivar

Sus pinturas más conocidas son las que se conservan en el Museo Nacional del Prado, procedentes del monasterio de San Jerónimo de Guisando (provincia de Ávila) y del monasterio cisterciense de San Martín de Valdeiglesias (Comunidad de Madrid). Merecen destacarse algunas de las del monasterio de San Jerónimo de Guisando, dedicadas a la infancia de Jesucristo y fechadas en 1539-1552. En la Presentación de Jesús en el Templo Correa enmarca la escena con un fondo de arquitectura renacentista; la perspectiva se dirige hacia un paisaje rocoso. Simeón, vestido de obispo, recibe al Niño; su traje se reproduce con gran detalle, casi a la manera flamenca. La Virgen aparece de pie, resultando quizá un poco rígida e inexpresiva.

No sucede esto en la otra tabla compañera que representa La Visitación: Santa Isabel se inclina ante la Virgen María; Zacarías, en segundo plano y representado en menor tamaño, sale de casa con una vara en la mano; tiene este personaje gran naturalismo y expresividad en el rostro. Los arbustos del paisaje están pintados con minuciosidad. Las figuras principales, Santa Isabel y María, ocupan el centro del cuadro y son de gran tamaño. Usa los tonos rojo y azul para los trajes, y resalta la luminosidad blanca de la toca. La Virgen es una mujer muy joven, de gran belleza en los rasgos, lo que denota la influencia de Rafael Sanzio. Según Manuel Gómez-Moreno, quizá proceda del mismo monasterio de San Jerónimo el cuadro de La Natividad.

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Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].