Thomas Eakins

(Filadelfia, 1844 - 1916) Pintor norteamericano. Estudió dibujo en la Academia de Bellas Artes de Filadelfia desde 1861 hasta 1866, al tiempo que realizaba estudios de anatomía en la Escuela de Medicina. En 1866 se trasladó a París, donde residió durante tres años asistiendo a clases en la Escuela de Bellas Artes.

Durante esta época conoció la obra de los grandes maestros europeos y se interesó particularmente por Rembrandt, Velázquez y José de Ribera. Tras estos años de formación, regresó a Filadelfia, donde permaneció el resto de su vida. Aunque no alcanzó gran fortuna con su arte, pudo vivir dedicado a él y a su actividad docente, mediante la cual ejerció una marcada influencia en el arte del momento.

En sus obras mostró una tendencia hacia los cuadros de género, en los que plasmó escenas de la vida cotidiana de Filadelfia, de su propia vida familiar y de la de las personas que formaban su entorno más cercano. Su formación y sus estudios de anatomía suscitaron un interés y un gusto por la objetividad científica que influyeron en gran medida en el realismo de su obra.

Esta inclinación científica se puso de manifiesto en obras en que aparecen temas náuticos o de caza, pero fundamentalmente se hicieron evidentes en los cuadros de gran formato con escenas de hospitales como La clínica Gross de 1875, conservado en la Escuela de Medicina Jefferson de Filadelfia, o La clínica del profesor Agnew de 1889, conservado en la Universidad de Pensilvania; ambas obras manifiestan un interés por la anatomía y por el cuerpo humano en movimiento. En la primera, que representa una operación quirúrgica, aparecen dos de la magistrales características de su pintura, el detallado realismo y la penetración psicológica de los personajes.


La clínica del profesor Agnew (1889)

Este profundo interés por la anatomía hizo que, como director de la Academia de Bellas Artes de Pensilvania, incluyera en el programa de estudios una innovadora asignatura, Anatomía y Disección, así como el estudio matemático de la perspectiva. Ambas materias supusieron una auténtica revolución en la formación de los jóvenes artistas. En 1886 abandonó su cargo de director debido a su insistencia en realizar estudios de dibujo de desnudos, lo que supuso un enorme escándalo que le obligó a presentar su dimisión.

Tras esta primera época, su interés se centró en el retrato. En esta faceta también impulsó el interés por el género no solo mediante la extraordinaria profundidad psicológica de sus obras, sino también por haber formado artistas como Henri Sloan y Glackens. Como fotógrafo utilizó este medio como una forma más de arte y como auxiliar de la pintura. Sus retratados se caracterizan, como ya lo hicieran sus pinturas, por la penetración psicológica y por el tratamiento escultural del busto y las manos.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].