John Ford

(Ilsington, 1586 - Devon, c. 1640) Dramaturgo inglés. Empezó a escribir para el teatro en 1613, y colaboró con Dekker, Webster y Rowley. Sus tragedias son notables por su efectismo; destacan Lástima que sea una perdida (1633) y El corazón roto (1629).

Tras estudiar en el Exeter College de Oxford, John Ford fue admitido en 1602 en el Middle Temple; posteriormente debió de ejercer la abogacía. Sin embargo, poco es lo que se conoce sobre su vida, e incluso parte de su producción se ha perdido. Inició sus actividades literarias componiendo versos de circunstancias para grandes señores de la aristocracia, pero se dedicó especialmente al teatro y escribió comedias como Las fantasías castas y nobles (1638) y El engaño de la dama (1639). Compuso asimismo masques (representaciones alegóricas), pero su fama se halla indudablemente vinculada a sus tragedias.

John Ford es considerado actualmente el último y el más moderno de los grandes dramaturgos de la época isabelina. Dotado de una penetración psicológica de fondo melancólico y notablemente influida por el ejemplo de La anatomía de la melancolía de Burton, entonces popular, así como de una gran finura en el análisis de las pasiones (en particular amorosas), próxima a la morbosidad y grata a los decadentes, es admirado también por la perfección formal de sus versos, cuya armonía elogiaba Swinburne, y por la pureza de su lenguaje, calificado por Coleridge de "claro cual las estrellas en una noche de helada".

En el aspecto temático Ford mantuvo las pautas del teatro isabelino, aunque incorporó una vertiente más reflexiva, al mostrar el conflicto entre castidad y lujuria, entre amor y honor o entre matrimonio y adulterio con un desarrollado y agudo instinto teatral. En su período de mayor actividad dio a conocer las tragedias La melancolía del amante (1628), El corazón roto (1629), Sacrificio de amor (1630) y Perkin Warbeck (1634), cuyo argumento está inspirado en la Historia del reinado de Enrique VIII de Bacon (1622). En algunas de sus obras, como por ejemplo La bruja de Edmonton (1658), contó con la colaboración de Thomas Dekker, John Webster y William Rowley.


Representación moderna de Lástima que
sea una perdida
(1633), de John Ford

Se considera que la mejor tragedia de John Ford es Lástima que sea una perdida (1633); su título original, 'Tis pity she's a Whore, se ha traducido también con mayor fidelidad y crudeza como Lástima que sea una puta, o bien una ramera. En los cinco actos en verso y prosa de esta tragedia, Ford desarrolló con pasión arrolladora, gran libertad intelectual y temeridad el amor incestuoso de dos hermanos, y, con un gran dominio del verso blanco y de la dosificación de los efectos escénicos, convirtió la obra en una extraordinaria exhibición de conflictos irresolubles, sin retroceder ante ningún desafío moral o formal.

Escrita entre 1625 y 1628 y publicada en 1633, la trama de Lástima que sea una perdida gira alrededor del amor incestuoso de Juan por su hermana Annabella, la cual, sintiéndose encinta, decide casarse con uno de sus muchos cortejadores. El elegido es Soranzo, que muy pronto se da cuenta de que Annabella le traiciona. Soranzo quiere saber a toda costa el nombre del amante, y amenaza de muerte a Annabella si no se lo revela; pero Annabella mantiene su grave secreto.

Un criado de Soranzo, Varques, hombre malvado y sin escrúpulos, aconseja a su señor fingir el perdón; entretanto, el propio Varques hará averiguaciones para descubrir quién es el amante de Annabella. El secreto se descubre: el amante es Juan, su hermano. Los dos hombres planean la venganza; Soranzo da una gran fiesta a la que vendrán el padre de Annabella, los más ilustres señores de la ciudad y el propio Juan.

Pese a haber sido puesto sobre aviso, Juan decide aceptar la invitación. Antes de que comience la fiesta tiene un coloquio íntimo con su hermana; para sustraerla a la ira y a la venganza de Soranzo, Juan le da muerte con su propia mano. Juan entra luego en el salón donde se celebra la fiesta y confiesa cínicamente y en voz alta lo que ha hecho. Soranzo está a su lado; ambos se baten, y Juan mata a su rival. Pero el infame Varques venga a su señor, traspasando a Juan.

Considerada como la obra maestra de Ford, la tragedia muestra al vivo los conflictos de las pasiones, tanto en su hosco e incontrolado estallido como en su refinada expresión en el rico clima de la civilización renacentista. Los valores éticos pierden todo su peso frente a la desesperada imposición de elementos trágicos sutilmente estetizados. De aquí el favor de que Ford gozó en la segunda mitad del siglo XIX por parte de los parnasianos y de los decadentes; no hay que olvidar que Maeterlinck dio forma moderna a esta tragedia con el título de Annabella.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].