Hans-Georg Gadamer

(Marburgo, Alemania, 1900 - Heidelberg, 2002) Filósofo alemán. Hans-Georg Gadamer se licenció con una tesis doctoral en filosofía que dirigió Martin Heidegger en Friburgo (1922). Enseñó luego estética y ética en su ciudad natal (1933), en Kiel (1934-1935) y de nuevo en Marburgo, donde fue nombrado profesor extraordinario (1937). Dos años más tarde consiguió una cátedra en la Universidad de Leipzig, para trasladarse luego a las universidades de Frankfurt del Main (1947-1949) y Heidelberg (1949), en la que relevó a Karl Jaspers como catedrático de filosofía. Llegó a ser profesor emérito en 1968.


Hans-Georg Gadamer

Su obra más importante, Verdad y método. Elementos de una hermenéutica filosófica (1960), fijó los presupuestos y objetivos de la corriente hermenéutica, según la cual no existe el mundo, sino diversas acepciones históricas de mundo. A pesar del relativismo que conlleva esta concepción, Gadamer remite siempre en sus escritos a una convergencia última en la que es posible la comunicación y la expresión de un sentido.

Verdad y método es, al mismo tiempo, la exposición más sistemática de la filosofía hermenéutica y el trabajo más significativo de Gadamer; en este ensayo se muestra su adhesión a la hermenéutica del ser de Heidegger y a la filosofía de Wilhelm Dilthey en su análisis del problema de la verdad. La historia de la verdad que Gadamer reconstruye está marcada, a partir de Descartes, por el concepto de "adaequatio": la noción de verdad se explica, en realidad, como método para alcanzar la correspondencia "adecuada" entre hechos y proposiciones. La tarea de Gadamer consiste, en neta contraposición con dicha postura, en un intento de descripción de las posibilidades reales de la experiencia humana de la verdad.

Los principios hermenéuticos que el autor elabora no se limitan al estricto ámbito filosófico, sino que son susceptibles de aplicación a disciplinas tan diversas como la sociología o la crítica literaria. La búsqueda de la verdad exige una redefinición de la hermenéutica (interpretación de los textos), entendiendo por tal no una mera técnica de comprensión, aunque ésta sea cabal, sino una reflexión fundamental sobre las condiciones en que se llega a toda comprensión en general.

En este ámbito adquieren particular relieve los problemas que se desarrollan en torno a la experiencia estética. Según Gadamer, en tal tipo de experiencia se deja entrever una circunstancia de la verdad en la cual el propio sujeto de la experiencia resulta modificado. La contraposición a las teorías filosóficas en las que la noción de verdad se identifica con el saber de las ciencias positivas se acompaña, pues, de una reivindicación de la aportación de verdad de aquellas experiencias del sujeto en contacto con la obra de arte, con la historia o con el diálogo personal.

En el análisis sobre la legitimidad de tal verdad, la reflexión de Gadamer se dirige al proceso de la comprensión. La tesis de Gadamer, que en este momento recuerda explícitamente a Heidegger, sostiene la circularidad que constituye la comprensión. Circularidad que se basa en el carácter esencialmente histórico de la existencia: el conocimiento, que debe entonces abandonar toda pretensión de objetividad, se lleva a cabo en el marco de una determinada situación histórica en la que está presente la influencia de la tradición. Ésta se desarrolla como un proceso interpretativo en el que intérprete y tradición, pasado y presente, se encuentran desde siempre en una constante relación de tensión.

Con la noción de "fusión de horizontes", Gadamer describe dicho proceso sobre todo en lo que tiene que ver con la comprensión histórica: interpretar el pasado, o incluso una obra o un enunciado del propio interlocutor, significa comprenderlo en el horizonte de la situación presente, dejando intervenir al presente mismo con su propio horizonte de verdad. El análisis de Gadamer se dirige entonces al "medio" de tal relación, el lenguaje, que en lugar de ser un simple instrumento del pensamiento, constituye la dimensión dentro de la cual se encuentra y se realiza la existencia del hombre; en él se concretan el pensamiento mismo y la existencia del sujeto: es, pues, el horizonte supremo de la ontología hermenéutica.

Hans-Georg Gadamer escribió también, entre otras obras, El problema de la consciencia histórica (1963), Pequeños escritos (1967) y Diálogo y dialéctica (1980), un compendio de ensayos sobre los diálogos de Platón. A lo largo de su vida polemizó con pensadores como Jacques Derrida y Jürgen Habermas, entre otros. El filósofo italiano Riccardo Dottori publicó en 2000 sus conversaciones con Gadamer bajo el título L'ultimo dio. Lezioni sul XX Secolo, cuya edición en alemán apareció en 2002, semanas antes de la muerte del filósofo germano.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].