Carl Hagenbeck

(Hamburgo, 1844-1913) Domador y director de circo alemán, famoso tratante y adiestrador de animales exóticos y promotor de exhibiciones y jardines zoológicos. Hagenbeck inició muy joven su carrera como comerciante de animales en la pequeña empresa circense de su padre, de cuya dirección se hizo cargo a partir de 1866. Para conseguir los animales que le encargaban jardines zoológicos y circos, realizaba expediciones a países lejanos con la ayuda de cazadores profesionales. A fines de la década de 1860 se convirtió en el principal tratante de fauna exótica de Europa.


Carl Hagenbeck

Pero, desde aproximadamente 1870, el tráfico de animales sufrió una grave crisis que obligó a Hagenbeck a inventar nuevas atracciones para un público ávido de "sensaciones" y "monstruosidades". Dado el interés que en esa época despertaban los estudios etnográficos, Hagenbeck pensó en crear zoos humanos que mostraran a poblaciones exóticas junto con animales salvajes propios de su hábitat natural. En 1874 montó una exhibición itinerante en la que mostraba a grupos de hombres, mujeres y niños samoanos y lapones, con sus vestidos tradicionales y cierta escenografía que pretendía remedar su forma de vida original.

El éxito de las primeras exhibiciones hizo que en 1876 enviara a uno de sus agentes al Sudán egipcio para realizar una expedición de caza y captura de nativos nubios. Su atracción obtuvo un éxito inmediato y fue presentada en diversas capitales europeas, como París, Berlín y Londres. En 1881-1882, raptó a docenas de hombres, mujeres y niños de tribus de Tierra del Fuego. En esta operación contó con la colaboración de los gobiernos chileno y alemán y con el apoyo científico del profesor Rudolf Virchow de Berlín.

Los indígenas fueguinos fueron transportados a la capital alemana y, tras ser expuestos en diversas ciudades, utilizados para la experimentación en diversos laboratorios y hospitales. En 1883-1884 Hagenbeck exhibió en Berlín a un grupo de catorce mapuches (indígenas araucanos), con los que recorrió diversas ciudades de Alemania. Asimismo, en 1884-1885 realizó una gira mostrando a más de sesenta hombres, mujeres y niños cingaleses junto con un espectáculo de elefantes amaestrados.

En los años siguientes, Hagenbeck volvió a dedicarse prioritariamente al comercio y doma de animales. En 1887 comenzó a utilizar una forma novedosa de adiestramiento a fin de demostrar que los métodos brutales que se utilizaban entonces eran inútiles y gratuitos. Dos años después presentó un espectáculo de leones que obtuvo un gran éxito de público. Desde entonces, el método de Hagenbeck iría imponiéndose poco a poco en la doma de animales en los espectáculos circenses de Europa y Norteamérica. Se dice que en sólo dos días consiguió adiestrar a seis elefantes africanos que nunca habían trabajado para el hombre, para demostrar la docilidad de esa especie, que por entonces se pensaba era menos apropiada para la doma que el elefante asiático.

En 1906, durante una gira por Estados Unidos, vendió su espectáculo a Benjamin Wallace, quien lo rebautizó con el nombre de Hagenbeck-Wallace Circus. A su regreso a Europa, en 1907, fundó su propio jardín zoológico en la localidad de Stellingen, cerca de Hamburgo. Dicho zoo presentaba la novedad de mostrar a los animales en grandes fosos abiertos, sin barreras y al aire libre, en lugar de en las tradicionales jaulas.

Partidario de exhibir a los animales en entornos semejantes a su hábitat natural (con un criterio más escenográfico que conservacionista), Hagenbeck hizo pintar en las paredes escenas que representaban la fauna y la flora de las regiones de procedencia de cada especie. Estos cambios estuvieron orientados a agradar a los visitantes, más que a mejorar las condiciones de vida de los animales, pero serían el inicio de los modernos zoológicos al aire libre.

Durante los años siguientes, Hagenbeck fue el principal promotor de zoos de Europa. Así, por ejemplo, proyectó el zoológico de Roma, inaugurado en 1911. Ese mismo año colaboró asimismo en la fundación del Parque Nacional de Brijuni (Yugoslavia), dedicado a la aclimatación y reproducción de animales de regiones tropicales para su posterior venta a zoológicos y circos. A Hagenbeck se debe la introducción en Europa de veinticinco caballos Przewalski, que vendió a diversos zoos y de los que descienden los pocos cientos de ejemplares que quedan vivos hoy día en todo el mundo.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].