Alfonso Hernández Catá

(Aldeadávila de la Ribera, 1885 - Río de Janeiro, 1940) Escritor cubano. En sus novelas y ensayos se aprecia su actitud crítica y especulativa y su espíritu cosmopolita, atraído por los temas sensuales. De su producción cabe destacar las novelas Pelayo González (1909), dedicada a Pérez Galdós, el ensayo Mitología de Martí (1929) y las colecciones de cuentos Cuentos pasionales (1907), Los frutos ácidos (1915) y Los siete pecados (1918).


Alfonso Hernández Catá

Hijo de un teniente coronel español y de madre cubana, Alfonso Hernández Catá pasó la infancia en Santiago de Cuba, donde su padre ejercía un puesto en la administración militar. A los dieciséis años se trasladó a España e ingresó en el Colegio de Huérfanos Militares de Toledo, de donde se escapó para instalarse en Madrid y ganarse la vida durante un tiempo como traductor y aprendiz de ebanista. Allí contrajo matrimonio con una hermana del escritor hispano-cubano Alberto Insúa, con quien escribiría diversas piezas teatrales.

Regresó luego a su querida tierra antillana, donde colaboró en algunos periódicos (Diario de la Marina, La Discusión) e ingresó en la carrera diplomática. En 1909 fue cónsul de Cuba en Le Havre (Francia); posteriormente representó a su país en Birmingham (Inglaterra), Santander, Alicante, Madrid y Lisboa, y fue embajador en España, Panamá, Chile y Brasil, donde falleció en 1940 víctima de un accidente aéreo sobre la bahía de Río de Janeiro.

Alfonso Hernández Catá vivió y publicó su obra a caballo entre Cuba, sus destinos diplomáticos y Madrid, donde gozó de gran popularidad durante el período de entreguerras. Dandi, vanidoso, pomposo en el trato y enormemente prolífico, dirigió en el Madrid de los años veinte la célebre editorial Mundo Latino y se hizo famoso por una literatura frondosa, barroca y sensual (más próxima al Caribe que a España) que bajo cierto pastiche decadentista acusaba influencias de sus admirados Flaubert y D'Annunzio.

Su primer libro, Cuentos pasionales (1907), fue acogido con gran entusiasmo por la crítica, que vio en él a uno de los más refinados literatos americanos del momento. Hernández Catá cultivó todos los géneros literarios, pero donde alcanzó resultados sin duda memorables fue en novelas cortas como La juventud de Aurelio Zaldívar (1912) o El bebedor de lágrimas (1926).

También fue autor teatral (Don Luis Mejía, de temática donjuanesca, obra escrita en colaboración con Eduardo Marquina) e hizo patente su nacionalismo en ensayos como Mitología de Martí, una visión literaria del patriota y escritor cubano José Martí que se convirtió en libro emblemático de la joven república. Su poesía, reunida en Escala (1931), no logró despertar el mismo interés en el público ni en la crítica. Figura de transición entre el modernismo y la vanguardia, Hernández Catá es valorado actualmente como maestro del cuento cubano y pionero de algunas corrientes de la moderna literatura hispanoamericana.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].