Theodor Herzl

Intelectual judío del Imperio Austro-Húngaro, padre del sionismo político (Budapest, 1860 - Edlach, Austria, 1904). Estudió derecho en Viena, pero vio cerrado su acceso a la carrera judicial por los prejuicios antisemitas. Destinado en París como corresponsal de un periódico vienés, fue la observación de la sociedad francesa la que le hizo reflexionar acerca del fenómeno antisemita, en particular a raíz del asunto Dreyfus (1894-98).


Theodor Herzl

La marginación y persecución de los judíos en toda Europa y los obstáculos que se oponían a su completa integración en la sociedad occidental le hicieron concebir la idea de crear un Estado nacional independiente para su pueblo, ignorando la existencia previa de autores (como Moisés Hess o el doctor Pinkser) y movimientos (como los «Amantes de Sión») que defendían la misma idea.

Tras pensar en la posibilidad de instalar dicho Estado en Argentina, Herzl se decidió por defender el regreso al solar histórico de los judíos en Palestina. Su libro El Estado judío (1896) tuvo mucho éxito entre los judíos de Europa oriental, que vivían sometidos a peores condiciones de vida y que estaban nutriendo ya un flujo de emigrantes hacia Palestina; se enfrentó, por el contrario, a las iras de los antisemitas, los judíos partidarios de la asimilación (predominantes en Europa occidental) y los religiosos ortodoxos (que creían que sólo el Mesías podía conducir de nuevo al pueblo de Israel a la Tierra Prometida).

Herzl reunió en 1897 el Congreso Sionista Mundial de Basilea (primero de una serie de congresos que se celebrarían con periodicidad anual) e inició una campaña diplomática para intentar que las grandes potencias (en particular Guillermo II de Alemania) presionaran al Imperio Otomano para hacerle aceptar la instalación en sus dominios de Palestina de un «hogar nacional» para los judíos (independiente o, al menos, políticamente autónomo).

Ante las dificultades que encontró y dada la urgencia de proteger a los judíos de Rusia (sometidos a un nuevo pogrom en 1903), se sintió temporalmente atraído por la oferta que hizo el gobierno británico de facilitar la instalación del Estado judío en su colonia africana de Uganda (1903); aquel desliz acabó de privarle del liderazgo sionista en favor de los «Sionistas de Sión» y la «Fracción Democrática», que seguía desde 1901 a Chaim Weizmann. Murió muy joven, entre el aislamiento y la incomprensión de los suyos; pero puso en marcha un movimiento político que no se detendría hasta la creación del Estado de Israel en 1948.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].