David Hockney

(Bradford, Reino Unido, 1937) Pintor y grabador británico. Es el exponente más destacado de la segunda generación del pop art inglés. Cursó estudios en el Royal College of Art y comenzó su trayectoria muy influido por el expresionismo de Francis Bacon, con una mezcla de formas figurativas y abstractas plasmadas mediante pinceladas gestuales, signos infantiles y grafitis, a los que añadía su particular toque humorístico. En los años 60 se instaló en Estados Unidos, donde trabajó a caballo entre Nueva York y California. Cultivó indistintamente la técnica de la pintura, del grabado y sobre todo de la fotografía, configurando grandes collages de imágenes yuxtapuestas tomadas con una Polaroid. En cuanto a la temática de sus obras, destacan sus series de Piscinas, tratadas a partir de superficies frías y colores lisos; el figurativismo sirve en estas obras para explorar el terreno de la abstracción. En Matrimonios de estilo, otro de sus trabajos más conocidos, extrae imágenes de revistas populares con distintas parejas posando en su entorno doméstico.


David Hockney en una imagen de 1969

David Hockney se dio a conocer en la exposición colectiva Jóvenes Contemporáneos (1961), junto con otros estudiantes del Royal College of Art de Londres. Todos ellos (Barrie Bates, Allen Jones, R. B. Kitaj) se identificaban con una temática urbana y con el empleo de técnicas relacionadas con los medios de comunicación y el grafiti. Hockney pertenece, pues, a una generación del pop art británico más joven que la de Richard Hamilton y otros iniciadores.

Mientras el pop art americano trabajó a partir de las convenciones de la representación propias de los mass media, el pop inglés reveló en sus usos la asimilación de los lenguajes de la vanguardia mezclándolos con las formas y la iconografía específica de los medios de comunicación de masas. Este rasgo es particularmente relevante en el trabajo de David Hockney, quien, en sus primeros cuadros, combinaba elementos abstractos con imágenes figurativas y usaba reiteradamente el graffiti y la pincelada gestual, para pasar a interesarse después por el análisis de los lenguajes pictóricos en obras en las que mezclaba indiscriminadamente distintas convenciones de la representación pictórica; es el caso, por ejemplo, de la serie Matrimonios de estilo, en la que presenta a diversas parejas posando para él en sus entornos domésticos cotidianos.

La estancia de Hockney en Los Ángeles, entre 1964 y 1968, sería clave en el devenir de su arte. Atraído por el mundo lujoso de las villas californianas, pintó piscinas de tonalidades luminosas que conforman unos ambientes de extraña calma y placidez. Por lo general, las idílicas aguas no son disfrutadas por sus propietarios, aunque ocasionalmente un inesperado chapuzón sorprende de forma estrepitosa la casi inquietante serenidad de estos paisajes.


Piscina con dos figuras (1972), de David Hockney

Sus cuadros de piscinas ofrecen una visión algo ambigua, ya que, si bien se alejan de la trascendencia propia de corrientes como el expresionismo abstracto, no quieren tampoco ser esclavos de la frialdad publicitaria del pop, al menos tal y como este movimiento se entendía en Estados Unidos; vienen a ser algo así como ejercicios de abstracción con una coartada figurativa. Estas referencias expresivas, basadas en actitudes serenas y distendidas, en un detenido estudio de los espacios y en una selección cromática matizada por la luz no abandonarían a Hockney en las décadas posteriores, en las que su pintura difícilmente se relaciona con tendencias concretas.

Admirador de Picasso, al que consideraba el mayor genio del siglo («mucho más grande que Einstein y mil veces mayor que cualquiera de los artistas contemporáneos»), fue precisamente el genio malagueño quien despertó su interés por la fotografía. Su trabajo como fotógrafo sería ya suficiente para considerarle entre los mejores representantes del arte del siglo XX: utilizando una Polaroid y yuxtaponiendo luego las instantáneas en grandes collages, realizó un interesante estudio de la representación visual del tiempo mediante la conjunción simultánea de numerosos puntos de vista. De hecho, con estas series fotográficas consiguió complementar la multiplicidad de perspectivas y la descomposición de las formas propias del cubismo con algunos de los motivos recurrentes de su obra.

Aunque Hockney figura en la historia contemporánea como el pintor más singular del pop británico y como el que contó con un reconocimiento público más temprano, tal marbete no puede en modo alguno abarcar su trayectoria, que iría con los años encaminándose hacia un estilo muy personal. Por lo demás, la actividad del artista británico no se limitó a la pintura; además de sus collages fotográficos, los diseños para vestuarios de ópera y alfombras o el interés por las últimas tecnologías completan la imagen de un creador versátil, preocupado por nuevas vías de expresión, algo habitual en los protagonistas de la época pop.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].