Joaquín Loriga Taboada

(Lalín, 1895 - Madrid, 1927) Piloto militar español que realizó, junto con otros dos pilotos y tres mecánicos, el vuelo Madrid-Manila de la escuadrilla Elcano. Pertenecía al linaje gallego de los Loriga, cuya casa solariega estaba en la localidad de Sirgas, en La Coruña. Ingresó en el ejército, en el arma de artillería, y realizó el curso de habilitación para piloto en la promoción de 1920-1921. Como capitán de artillería llegó a ser considerado como uno de los pilotos más competentes que existían en el Servicio de Aviación Militar de España, lo que pudo demostrar cuando fue destinado a Marruecos y participó en la Guerra del Rif.


Joaquín Loriga

Su comportamiento fue tan destacado durante el combate y demostró tal capacitación que, durante los últimos meses del año 1922, recibió como destino el mando de la tercera escuadrilla, constituida por aeronaves De Havilland DH-4. Esta escuadrilla tenía su base en la plaza de soberanía norteafricana de Melilla, que entonces formaba parte de protectorado del Marruecos español.

A partir de mayo de 1923, la guerra se intensificó y la escuadrilla de Lóriga se dedicó al abastecimiento de posiciones que estaban asediadas por los rebeldes rifeños. Igualmente cooperaron con el ejército en que se levantase el cerco a estas posiciones. Unos meses más tarde, ya en agosto, recibió como condecoración la Medalla Militar por los servicios prestados. En mayo de 1924, el día 23, los DH-4 realizaron una incursión aérea en la que destruyeron el único avión de las tropas rifeñas.

En agosto de 1924, un nuevo destino le llevó ya a la Península. Allí se dirigió al aeródromo de Cuatro Vientos, en Madrid, en calidad de jefe de la escuadrilla de clasificación, que era aquella en la cual los pilotos recibían enseñanza de transformación. Aquí fue donde, en 1926, realizó la primera prueba con éxito del autogiro de Juan de la Cierva, en un vuelo desde el aeródromo de Cuatro Vientos hasta Getafe. Loriga vio el aparato, que tenía el nombre C-6, completamente inactivo en la Escuadrilla de Experimentación, y quiso probarlo, para lo cual habló con el inventor y se ofreció para su pilotaje, cosa que hizo, tras una breve explicación de De la Cierva, en el mencionado vuelo.

Desde su puesto en Cuatro Vientos nació la idea de realizar una expedición aérea (raid) que enlazase España con Filipinas. La motivación para este viaje vino dada en 1926, cuando el piloto comprobó que aún no existía enlace aéreo alguno entre Europa y Extremo Oriente, aunque Francia y Gran Bretaña estaban estudiando la posibilidad de este enlace con sus posesiones en el sudeste de Asia.

A partir de ese momento los pilotos españoles Rafael Martínez Esteve, Eduardo González Gallarza y el propio Loriga idearon el raid Madrid-Manila y lo justificaron por ser ésta una antigua colonia de España que aún mantenía muchos lazos con la metrópoli; de hecho, aún existía una gran cantidad de población española o de origen español, además de que la población indígena tenía en mejor estima la época en la que la dominación era española, en comparación con la que en esos momentos ejercían los Estados Unidos.

El proyecto, no obstante, no carecía de complicaciones, y tuvo que planificarse cuidadosamente. La distancia que se pretendió recorrer era de diecisiete mil ochocientos kilómetros, con un total de ciento seis horas y quince minutos de vuelo. Se dividió la distancia en diecisiete etapas y se escogieron cuidadosamente los aparatos con los que se iba a volar y la tripulación acompañante, además de los mecánicos de los mismos. Los aviones Breguet XIX eran aparatos biplazas de cabinas abiertas en tándem, los mejores con los que contaba por entonces en las fuerzas armadas españolas. Tenían una capacidad de combustible de novecientos litros, lo que le permitía una autonomía de unos mil quinientos kilómetros. El mayor problema era la carga que admitían, de sólo doscientos veinte kilogramos, que tenían que ser repartidos entre el peso del piloto y el mecánico, las raciones de comida (para cinco días) y las herramientas básicas.

Cuando finalizaba cada etapa, los pilotos descansaban, mientras los mecánicos revisaban los aparatos. Cuando se iniciaba el vuelo, el mecánico procuraba descansar en la cabina posterior. Cuando por fin llegaron a su destino, el recibimiento en la capital filipina fue impresionante, así como la repercusión que tuvo el viaje tanto dentro como fuera de España. Loriga Taboada salió hacia Macao y allí se reunió con su mecánico, desmontaron el avión, lo embalaron y lo embarcaron en el vapor Claudio López con destino a España. El mismo día que regresaba a Madrid, Loriga falleció en Cuatro Vientos, cuando se estrelló el avión que pilotaba.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].