Bohuslav Martinu

(Policka, actual República Checa, 1890 - Liestal, Suiza, 1959) Compositor checo. La tradición musical checa de Bedrich Smetana, Antonin Dvorak y Leos Janacek tiene en Martinu a su mejor representante y continuador en el siglo XX.


Bohuslav Martinu

Paradójicamente, Martinu había sido expulsado en 1910 de la Escuela de Órgano de Praga por su falta de aplicación. La base de su técnica musical la adquirió más adelante, como violinista de la Filarmónica Checa, entre 1913-1914 y 1918-1923. En 1923 marchó a París, donde empezó a darse a conocer como compositor. En 1940 se estableció en Estados Unidos y en 1953 en Suiza.

Aunque vivió la mayor parte de su vida alejado de su patria, los ecos de su tierra natal checa están presentes a lo largo de toda su producción. Adscrito al neoclasicismo, es un autor prolífico que cultivó todos los géneros, destacando en el escénico con ballets como Spalícek (1931) y con óperas como Julieta (1938), Mirandolina (1954) y La pasión griega (1959); para esta última partió de la novela Cristo de nuevo crucificado (1954), de Nikos Kazantzakis.

Bohuslav Martinu fue un extraordinario orquestador, virtud que brilló especialmente en sus seis sinfonías y en obras como Frescos de Piero della Francesca (1955). Los frescos pintados por el pintor renacentista Piero della Francesca sobre el tema de la Santa Cruz, en la iglesia de San Francisco de Arezzo, inspiraron a Martinu la creación de este tríptico orquestal. No se trata de una pieza descriptiva; más bien intenta evocar los sentimientos que la contemplación de los frescos dejó en su espíritu. Serenidad, nobleza y color caracterizan esta obra, estrenada por Rafael Kubelik, su dedicatario, el 28 de agosto de 1956. La maestría como orquestador de Martinu alcanza aquí una de sus cotas más altas.

De sus seis sinfonías cabe destacar la Sinfonía núm. 6, "Fantasías sinfónicas", la más sorprendente y original de las suyas; de orquestación luminosa, reveladora una vez más de la maestría del músico checo en este campo, es a la vez una obra inquietante, enigmática, sensación que no mitigan sus extensos arrebatos líricos, de una rara belleza a la que no es ajena la nostalgia de su tierra natal. Dividida en tres movimientos, se estrenó en Boston en 1955.

Mención aparte merece el oratorio Gilgamesh, inspirado en la epopeya babilónica que narra las gestas del héroe del título. Estrenado en 1955, este oratorio es una de las partituras más modernas y ambiciosas de su carrera; de las tres partes de que se compone, la más sugestiva es la segunda, de un colorido y misterio nada desdeñables.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].