Augusto Ordóñez

(Oviedo, 1883 - 1957) Barítono español. Fue un intérprete de ópera de notable prestigio en Italia, donde actuó en las décadas de 1910 y 1920 junto a las principales figuras líricas del momento: Enrico Caruso, María Barrientos, Gabriella Besanzoni, José Palet o Tito Schipa. Poseedor de una magnífica técnica de barítono, su voz iba del "Do" grave al "La" sobreagudo en una línea de canto muy pura, propia de la escuela clásica italiana.

Tras haber estudiado en la Escuela de Bellas Artes de Oviedo, comenzó su carrera musical como intérprete de violín, pero poco después ingresó en el Orfeón Ovetense llevado de su afición al canto. Sus profesores le aconsejaron que se desplazara a Madrid y, ya en la capital, recibió clases de canto del maestro Alvira. Éste propició que fuera contratado por los empresarios del Teatro Real para cantar pequeñas partes de comprimario, entre ellas Lohengrin y Sansón y Dalila.

En 1912 marchó a Italia con la ayuda de una beca concedida por la Diputación asturiana; allí perfeccionó su voz de barítono y formó repertorio. En agosto de ese año debutó en un teatro de Mantua, cantando La bohème y el prólogo de Los Payasos, obras que le dieron a conocer y facilitaron el salto a escenarios de mayor envergadura.

En el Teatro Real de Malta representó durante seis meses La Traviata, Tosca, La africana, Rigoletto o El barbero de Sevilla, entre otras. El estallido de la guerra mundial motivó su regreso a España, con diversas actuaciones en Asturias, Madrid y Barcelona; en esta época actuó junto al veterano Servando Bango, el bajo Augusto Caro-Romero y las hermanas Nieto.

Desde 1918 volvió a emprender las actuaciones en Italia, además de presentarse triunfalmente en tierras americanas, donde sobresalió el Sansón y Dalila representado en el Teatro Esperanza Iris de México, con Caruso y Gabriella Besanzoni en los papeles protagonistas y Ordóñez en el de Gran Sacerdote. Con la propia cantante italiana interpretó Un ballo in maschera -en el papel de Renato- y Carmen -en el de Escamillo-.

A principios de la década de 1930 dió por finalizada su carrera operística internacional, fijó su residencia en España e intervino en alguna ópera, zarzuelas grandes como Los gavilanes, La del Soto del parral y Luisa Fernanda, y otras del género chico como La verbena de la Paloma. Tras el abandono definitivo de los escenarios, se dedicó a la enseñanza musical en Asturias.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].