Roberto J. Payró

(Roberto Jorge Payró; Mercedes, 1867 - Lomas de Zamora, 1928) Escritor argentino. Destacado periodista, afiliado al movimiento reformista, logró en sus novelas y cuentos una síntesis del costumbrismo gauchesco y de la picaresca. Su principal obra es la novela Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira (1910), en la que relata la poco escrupulosa carrera política de un provinciano. Es también autor de novelas históricas y de dramas de corte naturalista.


Roberto Payró

En sus crónicas, novelas y obras teatrales, Roberto J. Payró ofreció una visión irónica y crítica de la sociedad argentina y contribuyó a la consolidación del realismo. Se inició como poeta en la adolescencia, pero, avergonzado de sus versos (Un hombre feliz, 1883), los quemó y no volvió a reincidir en el género. Desde sus inicios estuvo relacionado con el mundo periodístico y escribió para los diarios más destacados de su época, como El Comercio, Patria Argentina, Sud-América, El interior y El Intransigente.

Instalado en Bahía Blanca, fundó el periódico La Tribuna y actuó en política; ya en Buenos Aires escribió artículos de ideario socialista y colaboró en La Nación. En 1907 se trasladó a Europa; residió primero en Barcelona y más tarde en Bélgica, donde lo sorprendió la Primera Guerra Mundial. Desde allí ofició como cronista de la contienda, mientras se dedicaba a la redacción de novelas históricas. Cuando regresó a Argentina se estableció en Lomas de Zamora.

Atraído por la literatura, ya en 1887 había publicado Novelas y fantasías. Sin embargo, Payró no adquiriría prestigio como escritor hasta más tarde, gracias a sus crónicas acerca de diversos aspectos de la vida argentina, recogidos en obras como La Australia argentina (1898). Si bien en un principio cultivó un teatro de corte naturalista -Marco Severi (1902), Sobre las ruinas (1904)- y la novela histórica -El falso inca (1905)-, más tarde se orientó hacia la narrativa costumbrista y satírica, escrita en estilo vivaz y preciso y ubicada por lo general en ambientes rurales. Sus ejemplos más característicos fueron El casamiento de Laucha (1906), Pago Chico (1908) y Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira (1910). Durante sus últimos años abordó de nuevo el género teatral y la narración histórica.

En Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira, Payró despliega su habilidad narrativa con el fin de denunciar las deficiencias del sistema político de la época. El narrador y personaje central de la novela, Mauricio Gómez Herrera, es un oportunista cuyo ascenso político (será sucesivamente caudillo provincial, jefe de la policía, diputado nacional y embajador) es paralelo a su degradación moral. Como ha señalado buena parte de la crítica, todas las aventuras del protagonista y cada uno de sus gestos son remedo de la conducta de su clase, reflejo de la vida del país e interpolación al orden privado de lo que ocupaba la escena pública.

A través de los diferentes cuadros que conforman el relato, el autor traza un verdadero fresco de la realidad institucional del país, caracterizada por los males del nepotismo y el fraude electoral, que van corroyendo las bases de las instituciones democráticas. Todo ello convierte a la obra de Roberto J. Payró (aunque sin olvidar los antecedentes de Eugenio Cambaceres y los autores del llamado «ciclo de la Bolsa») en uno de los primeros intentos de llevar a la literatura una visión crítica de la realidad política y social del país.

Merece asimismo reseñarse Pago Chico (1908), conjunto de humorísticos relatos sobre la vida en una pequeña población inspirados en sus propias experiencias como edil socialista. El título es el nombre de dicha población ficticia, un fortín convertido en cabeza de partido que incluso en sus tiempos de mayor prosperidad fue provisional en todo, especialmente en la moralidad de sus habitantes.

Payró nos hace comprender maliciosamente que las cosas de Pago Chico van mal en todos los sentidos, pero se limita en su relato a provocar carcajadas sobre el panorama político local. Los «gubernamentales» asumen las riendas, y sus oponentes se afanan en vano por apoderarse de ellas; el pequeño drama político de Pago Chico no podrá resolverse con el triunfo de los progresistas mientras en Buenos Aires no cambie la situación política, es decir, cuando los progresistas, convertidos en partido de gobierno, reemplacen a sus rivales en el pasteleo y aprovechamiento personal. Uno de los personajes mejor logrados de la obra es el farmacéutico Silvestre, chismoso pintoresco y viperino, que hasta cierto punto parece el autorizado representante del autor. Tras su muerte, acaecida en Lomas de Zamora en 1928, apareció Nuevos cuentos de Pago Chico (1929), continuación de la que fue sin duda su obra más popular.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].