Francisco de Toledo Herrera

(Córdoba, 1532 - Roma, 1596) Prelado español. Jesuita en 1558, a causa de su fama como orador sagrado fue nombrado predicador del papa (1559) y participó en numerosas misiones diplomáticas. Fue el primer jesuita elevado a cardenal (1593). Entre sus obras cabe recordar Summa de instructione sacerdotum (1599).

Descendiente de una familia judía, Francisco de Toledo Herrera cursó estudios en Zaragoza. En 1556 se documenta su presencia en la Universidad de Salamanca como alumno de Domingo Soto; dos años más tarde ingresó en la Compañía de Jesús y aparece ya como profesor de artes y estudiante de teología. Durante su estancia en Simancas (Valladolid) fue llamado por el general de la Compañía al Colegio Romano.

En Roma impartió las disciplinas de metafísica, dialéctica, lógica y física; durante los siete años en que desempeñó su cátedra se hicieron muy célebres sus comentarios a Aristóteles y a Santo Tomás. Su tendencia al uso sistemático de fuentes del propio Estagirita, de filósofos medievales y eruditos árabes, y sus ordenados y lógicos comentarios y explicaciones motivaron la decisión de editar sus lecciones para uso del alumnado. No obstante, sus clases sobre la Summa de Santo Tomás no pasaron por la imprenta hasta el siglo XIX.

El pensamiento de Francisco de Toledo Herrera osciló entre el escolasticismo, el tomismo y el escotismo, y logró un eclecticismo perfectamente equilibrado en sus interpretaciones del sistema metafísico-teológico. En 1569 fue nombrado teólogo de la Inquisición y de la Sagrada Penitenciaría, así como predicador del Sacro Palacio. Poco después ejerció como consultor de un gran número de congregaciones romanas. Su influencia en el Vaticano y su fuerte ascendencia sobre los sucesivos papas junto a los que estuvo ayudaron a proyectar sobre él una imagen de poder, aunque no de despotismo.

Durante el proceso al arzobispo Carranza en Toledo (1570), despertó la desconfianza de una parte de la curia eclesial española, que consideró que los orígenes judíos de Francisco de Toledo habían condicionado su posición respecto al acusado. En 1571 emprendió un viaje por Europa central en el transcurso del cual se le planteó el problema del interés de los préstamos, asunto que acuciaba a muchos católicos alemanes, pues tradicionalmente consideraban como pecado de usura todo beneficio en ese tipo de tratos monetarios. El dilema se produjo cuando el papa Pío V (1566-1572) se mostró favorable al beneficio. De vuelta a Roma, Francisco de Toledo se puso al frente de la comisión de jesuitas que estudió la manera de encarar la situación.

Más complejo fue el capítulo de su actuación en el problema de la teología bayanista, base doctrinal del jansenismo. En 1580 Gregorio XIII (1572-1585) le encargó que consiguiera la sumisión de su inspirador, Michel de Bay (Miguel Bayo). En esta ocasión Toledo recurrió a su capacidad de elocuencia para explicar a Bayo la bula condenatoria Ex omnibus afflictionibus, escrita en su momento por Pío V y apoyada por Gregorio XIII. Tras varios días de entrevistas, regresó a Roma con la sensación (parcialmente equivocada) de haber reorientado positivamente el problema.

Posteriormente colaboró en la elaboración de las biblias de Sixto V (1585-1590) y, sobre todo, de Clemente VIII (1592-1605), cuya Vulgata fue en gran medida trabajo del cordobés. En 1593 se convirtió en el primer cardenal de la Compañía de Jesús. A partir de entonces su actuación como diplomático fue decisiva para restablecer las relaciones entre Francia y Roma. Sus trabajos publicados más importantes son las distintas interpretaciones a la obra de Aristóteles, publicadas en vida, y los comentarios a Santo Tomás (1869).

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].