Urbano VI [Bartolomeo Prignano]

(Nápoles, hacia 1318 - Roma, 1389) Papa de la Iglesia católica (1378 - 1389). En 1364 fue consagrado arzobispo de Aceranza en Nápoles, y en 1377 Gregorio XI lo trasladó al arzobispado de Bari. Trabajó en la cancillería papal bajo el vicecanciller apostólico Pedro de Pamplona.


Urbano VI

En abril de 1378, nueve días después de la muerte del papa Gregorio XI, se reunieron en Cónclave los cardenales; por influencia en la investidura de los cardenales romanos, que querían un sucesor italiano, Bartolomeo Prignano fue elegido papa, aunque no era cardenal ni estaba presente en el Cónclave.

Urbano VI emprendió de inmediato una reforma despiadada, denunciando los defectos de los cardenales y amenazando con reemplazarlos. Con el fin de invalidar la elección de Urbano VI, un grupo de cardenales se reunió en Agnani y proclamó papa al poderoso Roberto de Ginebra, que pasó a llamarse Clemente VII y estableció su residencia en Aviñón, desencadenando así el Gran Cisma de Occidente.

Urbano VI continuó con su desastroso sistema hasta el fin, ganándose el odio de todos. Le achacaban demasiado apego a sus parientes, a quienes favorecía constantemente en perjuicio de la iglesia. Parece que fue modelo de virtudes en su vida privada, trabajador incansable, modesto y mortificado. Tras su fallecimiento siguieron coexistiendo los dos papados: Bonifacio IX sucedió a Urbano VI en Roma (1389), y Benedicto XIII, el papa Luna, sucedió a Clemente VII en Aviñón (1394).

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].