Sigmund Freud

 
Visto por Dalí. Al descubrir que amplias parcelas del comportamiento humano escapaban a la razón y quedaban bajo el dominio del inconsciente, Sigmund Freud proporcionaba argumentos firmes a quienes abogaban por la revalorización de lo subjetivo. Aunque el paso del "hombre racional" al "hombre psicológico" tuvo en la Viena de fin de siglo un escenario privilegiado, fue un fenómeno de alcance generalizado, cuya influencia sobre las sociedades occidentales a comienzos del nuevo siglo hizo que no sólo el intelectual, sino también el hombre de la calle, se planteara temas como sus deseos sexuales, la represión o el autoegaño. En su difusión, la obra de Freud, como la de Darwin, corrió el peligro de quedar empobrecida en explicaciones simplificadoras que resaltaran la irracionalidad del ser humano. Conviene, sin embargo, recordar que no era ésta la intención de Freud, sino más bien la de descubrir los límites y la fragilidad de la razón para hacer un uso correcto de este instrumento cognoscitivo que consideraba indispensable.