John Kennedy

 
JFK, caso abierto. El asesinato de Kennedy sirvió de fuente de inspiración para diferentes filmes, que intentaron estudiar los posibles móviles del crimen. Los más conocidos son Acción ejecutiva (1973), dirigido por David Miller y con guión de Dalton Trumbo, JFK, caso abierto (1991), de Oliver Stone, y La conspiración de Dallas (1992), de John Mackenzie. Las tres películas defienden la teoría de la conspiración en el magnicidio, en contra de las tesis oficiales, que afirman que el asesinato fue obra de un desequilibrado. De todas ellas, probablemente la más recordada y meritoria sea JFK, caso abierto, basada en los libros On the trail of the assassins, de Jim Garrison, y Crossfire: the plot that killed Kennedy, de Jim Marrs. En la película, el fiscal del distrito de Nueva Orleáns Jim Garrison (Kevin Costner) mantiene el convencimiento de que intervinieron más personas en el magnicidio. Las primeras investigaciones de Garrison le llevan hasta la residencia de David Ferrie, un piloto de aerolíneas quien presuntamente planeó la huida de Oswald después de cumplir su misión. Otra línea de investigación desarrollada por Garrison y su equipo apunta a los intereses del lobbie cubano que dirige el amanerado Clay Bertrand en territorio estadounidense, al parecer disgustado con la política exterior de la administración Kennedy, demasiado permisiva con las autoridades castristas durante la crisis de los misiles. La servicios secretos norteamericanos también parecen estar implicados y, conforme avanza en sus investigaciones, toda clase de presiones empiezan a surgir en su entorno. En la imagen, fotograma de la película.