Alejandro VI [Rodrigo Borgia]

(Rodrigo de Lançol y Borgia o Borja; Játiva, Valencia, 1431 - Roma, 1503) Papa perteneciente a la familia de los Borgia o Borja (1492-1503). Rodrigo Borgia hizo una rápida carrera eclesiástica a base de intrigas, bajo la protección de su tío y padre adoptivo, el papa Calixto III (Alfonso Borgia). En 1540 viajó a Bolonia, en cuya universidad cursó estudios jurídicos y religiosos, y en 1456 Calixto III lo nombró cardenal. Tras la muerte de su protector, Rodrigo Borgia volvió a la península Ibérica y ostentó el cargo de obispo de Barcelona y, más tarde, el de arzobispo de Valencia.


Alejandro VI [Rodrigo Borgia]

Su nombramiento como Papa en 1492 desencadenó una fuerte oposición en Roma, tanto por su condición de extranjero como por su vida licenciosa e inmoral (había tenido cuatro hijos con su amante más conocida, Vanozza Catanei, entre los que figuraban César y Lucrecia Borgia). Esta hostilidad explicaría la leyenda negra que se creó alrededor de su figura, y que llegó a deformarla hasta presentar a Alejandro VI y a su familia como unos seres monstruosos y abyectos.

Su vida disoluta y su ambición fueron denunciadas en sus predicaciones por el reformador florentino Girolamo Savonarola; Alejandro VI lo excomulgó y los hizo torturar y ejecutar en 1498. El nepotismo practicado por Alejandro VI llegó a extremos insospechados; no tuvo escrúpulo en utilizar los recursos de la Iglesia para enriquecer a su familia y situar a sus ocho hijos ilegítimos. Dentro de los parámetros de la época, sin embargo, muchas acciones suyas que hoy parecen abominables estaban poco alejadas de los usos corrientes.

Como soberano de los Estados Pontificios, Alejandro VI hubo de defender su independencia frente a la amenaza francesa. Para ello impulsó la Liga de Venecia (1495), alianza que unió a los soberanos de Milán, Venecia, Austria y España. A cambio del apoyo militar, los Reyes Católicos obtuvieron de Alejandro VI las llamadas Bulas alejandrinas (1493), que reservaban para España las tierras descubiertas en América y extendían sobre ellas el patronato de la Corona, resultando favorecidos los españoles por el trazado de una línea de demarcación que desatendía las pretensiones de los portugueses.

Posteriormente el papa invertiría sus alianzas, apoyándose en Carlos VIII de Francia para proporcionar la Romaña a su hijo César Borgia y para someter a la aristocracia romana. Logró así mantener la independencia del Papado frente a Francia y España, que luchaban en aquel entonces por el control de Italia. Alejandro VI puede ser considerado un prototipo de príncipe del Renacimiento, que unía a su estilo de vida lujoso y corrompido la protección de las ciencias y las artes y una cierta tolerancia (dio refugio a muchos judíos expulsados de España). A su mecenazgo se debe, por ejemplo, la Piedad de Miguel Ángel.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].