Robert Altman

(Kansas City, 1925 - Los Ángeles, 2006) Director de cine norteamericano cuya obra se caracteriza por su visión irónica y mordaz de la sociedad y la cultura estadounidenses. Tras estudiar ingeniería en la Universidad de Missouri y servir como piloto de bombarderos en la Segunda Guerra Mundial, Robert Altman ingresó en 1947 en la Calvin Company de Kansas City, productora en la que inició un largo periodo de aprendizaje del oficio de realizador. Con un pequeño presupuesto, produjo y dirigió una década más tarde su primer largometraje, The Delinquents (1957), que vendió a United Artists con pingües beneficios.


Robert Altman

Tuvieron que pasar todavía trece años para que fuera reconocido como director de primera fila por su trabajo en M.A.S.H. (1970), que obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes y el Oscar al mejor guión. El título de esta corrosiva sátira antimilitarista es un acrónimo de "Mobile Army Surgical Hospital", es decir, del Hospital Quirúrgico Móvil del Ejército, en cuyo personal se centra la historia y en el que, pese a ambientarse en la guerra de Corea, los médicos parecen menos pendientes de los heridos que de ligar con las enfermeras.

El éxito del filme fue tal que originó incluso una serie de televisión, y supuso finalmente el afianzamiento de Robert Altman en la industria, después de su dilatada y paciente experiencia en la televisión y en el cine independiente. Le llovieron entonces ofertas de producciones de alto presupuesto, pero prefirió dirigir El volar es para los pájaros (1970), realizada por su propia productora. Fue el principio del abismo que mediaría entre él y los mandarines de Hollywood a lo largo de toda su carrera. El director renació con Nashville (1975), compuesta por las historias entretejidas de veinticuatro personajes; pero, una vez recobrada la confianza de Hollywood, volvió a perderla con Buffalo Bill (1976).

En los años 90 sorprendió de nuevo con El juego de Hollywood (1992), su mayor éxito desde Nashville. Robert Altman declaró: «Hollywood no quiere hacer las mismas películas que yo, y yo ya soy demasiado viejo para cambiar», pero demostró que a veces era capaz de lograr que Hollywood viera las cosas a su manera. Vidas cruzadas (1993) confirmó el retorno a la elite cinematográfica del entonces sexagenario Altman. El argumento de la película enlaza nueve cuentos y un poema de su compatriota Raymond Carver, adaptados para la gran pantalla con desigual fidelidad por el mismo Altman y su colaborador Frank Barhydt, a los que se añade una historia adicional (centrada en una cantante y su hija violonchelista), fruto exclusivo de la invención de los guionistas.

Las distintas historias que componen el filme puntean la extraída del relato Parece una tontería, armazón dramático de la película en el que se narra el abismo emocional al que se ve arrojado un matrimonio a causa de la muerte de su único hijo. El sufrimiento de la pareja halla un irónico y cruel contrapunto en la indignada insistencia telefónica del pastelero a quien habían encargado la tarta que debía culminar el inminente cumpleaños del fallecido. Muy bien acogida por la crítica, la cinta abunda en el peculiar estilo de su director, a quien desde siempre habían agradado las historias corales. Después de las también corales Prêt-à-porter (1994) y Kansas City (1997), del thriller judicial Conflicto de intereses (1998), basado en una novela de John Grisham, y de la comedia El doctor T y las mujeres (2000), en el año 2002 obtuvo varias nominaciones a los Oscar por Gosford Park (2001). En 2006 recibió el Oscar de honor como reconocimiento a toda su carrera en el cine; un año después de su fallecimiento se estrenó El último show (2007).

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].