Gil González Dávila [conquistador]

(Ávila, h. 1480 - 1526) Conquistador español. Criado del obispo Fonseca, consiguió una capitulación para explorar el Mar del Sur junto con Andrés Niño. Al llegar a Panamá, Pedrarias puso dificultades y sólo dio medios cuando se le ofreció participación en la empresa, que tardó dos años en organizarse. Dávila llegó a Costa Rica, donde fue bien recibido por los nativos, y siguió a Nicaragua, donde el cacique Nicarao le dio oro y se bautizó junto con 15.000 indios. De regreso a Panamá, convencido de haber descubierto un paso de mar a mar (a través del lago de Nicaragua), tuvo que huir a Santo Domingo debido a la hostilidad de Pedrarias. Iniciada una nueva expedición por Honduras, tuvo serios problemas con Hernán Cortés, quien le acusó de usurpador y mandó a Olid a someterlo. Olid se puso de acuerdo con Dávila, y ambos derrotaron a los oficiales de Cortés que le perseguían. Fue finalmente apresado y enviado a México, desde donde regresó a España.


Gil González Dávila

Gracias a la influencia del arzobispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca, a cuyo servicio había estado, en 1519 Gil González Dávila obtuvo del monarca Carlos I de España el grado de capitán general y una capitulación que le posibilitó organizar, en compañía de Andrés Niño y Andrés de Cereceda, una expedición en busca de un paso que comunicase los océanos Atlántico y Pacífico a través del continente americano, y que permitiese llegar a China y a las islas de las especias. El océano Pacífico había sido descubierto seis años antes por Vasco Núñez de Balboa; la expedición de Balboa, una de las más reveladoras desde el descubrimiento de América, había alentado la idea de proseguir el viaje hacia Oriente por el Pacífico (dejando atrás al nuevo continente) y culminar lo que había sido el proyecto original de Cristóbal Colón.

Una vez en América, y tras dos años de preparativos (empleados principalmente en construir varias naves), en enero de 1522 la expedición partió de Panamá rumbo norte, hacia tierras todavía inexploradas. Mientras Andrés Niño costeaba el golfo de Nicoya, González Dávila recorrió por tierra los actuales estados de Costa Rica y Nicaragua. En este último, donde reinaba el cacique Nicarao, recibió ricos presentes de los indígenas.

Tras descubrir el lago Managua, Gil González Dávila siguió el curso del río Tipitapa. Confirmó que el Tipitapa desaguaba en una superficie acuática de grandes dimensiones, unida al Atlántico a través del río San Juan, que posteriormente resultó ser el lago Nicaragua, y empezó a recorrer su costa con la esperanza de que estuviese comunicado con el Océano Pacífico. Atacado por un caudillo local, hubo de emprender el regreso hacia el golfo de San Vicente (donde le esperaba Andrés Niño al mando de la flota) sin haber conseguido bordear el lago Nicaragua, pero con un cuantioso botín y convencido de haber hallado la ruta deseada.

El 25 de junio de 1523 llegó a Panamá, dio cuenta de sus exploraciones y, ante el temor de que el gobernador Pedrarias Dávila atentase contra su vida por ambición personal, huyó a Santo Domingo, desde donde remitió presentes al emperador y le solicitó el gobierno de las tierras descubiertas. Pedrarias, sin embargo, se adelantó a la respuesta oficial y envió a Francisco Hernández de Córdoba a Nicaragua.

González Dávila obtuvo el permiso real para continuar la búsqueda del desaguadero del lago Nicaragua y, para evitar encontrarse con los capitanes de Pedrarias, en 1524 desembarcó junto con Niño en el actual territorio hondureño para dirigirse a Nicaragua desde el nordeste. Durante su trayecto dio nombre al golfo de Fonseca (en honor de su protector), trabó relaciones con los indígenas y fundó la efímera ciudad de San Gil de Buena Vista. Hernández de Córdoba, enterado de su campaña, intentó detenerlo, pero González Dávila derrotó tanto a él como a su lugarteniente, Hernando de Soto.

Hernán Cortés, que consideraba la expedición de Gil González Dávila una usurpación de sus legítimos derechos sobre el istmo americano, quiso impedir que se prolongase y envió contra ella a Cristóbal de Olid. Sin embargo, Olid se rebeló contra Cortés y, aunque en un primer momento se alió con González Dávila, más tarde lo apresó junto a Francisco de las Casas, a quien Cortés había mandado con la orden de capturar a los rebeldes. La confianza con que Olid trató a los presos permitió a González Dávila y Casas sobornar a sus vigilantes y alzarse contra Olid. Casas, en nombre de Cortés, se hizo con el poder y envió a González Dávila a México, desde donde fue embarcado hacia España.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].