Maruja Mallo

(Ana María Gómez González; Vivero, Lugo, 1909 - Madrid, 1995) Pintora española, una de las figuras fundamentales de la vanguardia madrileña y en especial del surrealismo. En 1926 terminó sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), en la que se había formado junto con su hermano, el escultor Cristino Mallo, y en mayo de 1928, de la mano de José Ortega y Gasset y la Revista de Occidente, realizó su primera exposición, en la que presentó treinta estampas y diez cuadros, cuatro de los cuales pertenecían a la serie “Las verbenas”. Esta serie resume su producción artística de la década de 1920, donde abundan los elementos festivos y burlescos, las máscaras grotescas y la alegría, todo empapado de un onirismo desbordante.


Maruja Mallo

En 1932 recibió una beca del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes para la ampliación de estudios en París. Allí conoció al grupo de los surrealistas, entre ellos René Magritte, Max Ernst y Giorgio de Chirico, además de participar en las tertulias de los poetas André Breton y Paul Éluard. Ese mismo año realizó una exposición en la Galería Pierre Loeb, donde presentó dieciséis cuadros pertenecientes a dos series: “Cloacas” y “Campanarios”. Se trata de paisajes desolados, con escombros, cenizas, fósiles, excrementos, construcciones derruidas, espantapájaros con orinales por cabeza (uno de estos cuadros fue adquirido por Breton); la presencia humana se reduce en ellos a esqueletos y restos de trajes.

Este paisaje plasmado bien pudiera ser el de los alrededores de Madrid, quedando ligada de esta manera a la Escuela de Vallecas, pero por su contraposición a la actitud que toma, por ejemplo, Alberto Sánchez: mientras éste exalta de forma poética la transformación de la naturaleza por el hombre, Maruja Mallo presenta líricamente una naturaleza ya modificada por escombros y huellas de desechos humanos que constituyen el nuevo paisaje.

En 1934 regresó a Madrid, donde obtuvo una cátedra en la Escuela de Cerámica y otra en la Residencia de Estudiantes, entrando allí en contacto con Salvador Dalí, Luis Buñuel, Federico García Lorca, Rafael Alberti y Benjamín Palencia. De esta etapa quedan algunos relatos sobre juergas nocturnas con Dalí y otros compañeros de la Residencia, atuendos extravagantes y ambigüedad sexual, que hicieron de Mallo un emblema de la liberación femenina.


La verbena (1927) y Antro de fósiles (1930)

Durante 1936 se celebraron tres importantes exposiciones en las que participó Mallo: la primera de ellas se presentó en los salones del grupo catalán ADLAN (Amigos de las Artes Nuevas); la segunda fue la titulada “Logicofobista”, celebrada en Barcelona; y, por último, la “Exposición Internacional del Surrealismo”, en Londres. Se puede apreciar un proceso de depuración de su obra, con una clara tendencia a esencializar lo anecdótico, que se resume en sus series “Arquitecturas vegetales” y “Arquitecturas minerales”.

Ese mismo año viajó a Buenos Aires, invitada por la Sociedad de Amigos del Arte, donde dio algunas conferencias. Allí permaneció hasta 1961, realizando algunos viajes esporádicos a Nueva York, y en 1965 regresó a España. Su producción en Argentina se inspiró en la naturaleza y en el mundo marino, con colores atenuados y una serie de armonías lunares, con platas y grises, y solares, con ocres y dorados.

El sentido de lo popular y las vivencias de la tierra gallega, que plasmó en la serie “Estampas populares”, la relacionan también con Alberto Sánchez y su interés por el paisaje madrileño. Maruja Mallo encuentra en el arte popular la representación lírica y plástica de la fuerza creadora del hombre, y este tiene su máxima expresión en las fiestas populares: ferias, verbenas y carnavales plagados de personajes grotescos, muy en la línea de José Gutiérrez Solana o incluso Federico García Lorca, mezclando sátira y crítica.

A lo largo de su vida realizó otras series referidas a temas como el deporte, las máquinas, los maniquíes, el cine o la vida en la gran ciudad. La serie “Estampas deportivas” presenta a una humanidad triunfante en la naturaleza; “Estampas de máquinas y maniquíes” recoge sátiras alusivas a algunos elementos anacrónicos en la gran ciudad, como damas y caballeros de etiqueta en interiores lúgubres; por último, la serie “Estampas cinemáticas” recrea sensaciones visuales del dinamismo propio de una gran ciudad, con rascacielos, máquinas y carteles luminosos.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].