José Antonio de Mendoza Caamaño

(José Antonio de Mendoza Caamaño y Sotomayor, marqués de Villagarcía; Vegas de Matute, Segovia, 1661 - cabo de Hornos, Chile, 1745) Administrador colonial español. Nombrado virrey del Perú (1735-1745), tuvo que organizar la defensa del virreinato ante la declaración de guerra entre España y el Reino Unido (1739). Prestó ayuda a la expedición que Charles Marie de La Condamine realizó para estudiar el ecuador y el tamaño de la Tierra. Reprimió las revueltas indígenas de Oruro (1739) y la de Juan Santos Atahualpa (1742).


José Antonio de Mendoza Caamaño

José Antonio de Mendoza había servido como gentilhombre y asistente de Felipe V y como embajador en Venecia antes de suceder a José Antonio de Armendáriz como virrey del Perú, cargo que desempeñó desde 1735 hasta 1745. Durante su mandato ocurrieron hechos históricos de especial trascendencia, como el estallido de la Guerra del Asiento (1739-1748) entre el Imperio español y el reino de Gran Bretaña, con inmediatas consecuencias para las colonias, convertidas en objetivos de los ingleses. En la costa peruana, la flota del almirante George Anson atacó en 1741 la isla de Juan Fernández, a lo que el virrey Mendoza respondió ordenando a Jacinto de Segurola, al mando de la Armada del mar del Sur, que persiguiera y capturara a Anson. El corsario inglés escapó de la persecución, conquistando y saqueando la ciudad de Paita. Ante el continuo hostigamiento de Segurola, Anson abandonó el Perú y se dirigió hacia Nueva España.

Dos años antes, de forma análoga pero en el Caribe, el almirante británico Edward Vernon tomó sorpresivamente el importante puerto de Portobelo (Panamá). Vista la amenaza que para las colonias suponía la marina inglesa, el virrey Mendoza se preocupó de reforzar la defensa de las costas, de reorganizar el ejército de que disponía y de crear la milicia terrestre. También hubo de ocuparse de diversos conflictos con los portugueses del Brasil en los confines de la frontera oriental de su jurisdicción.

En el interior del virreinato tuvo que hacer frente a la revuelta indígena de Oruro de 1739 y a la rebelión liderada por Juan Santos Atahualpa. En 1742, Juan Santos se internó en la Tarma y organizó la sublevación de los indios campas y amueshas, tribus asentadas en la selva amazónica a las que el poder del virrey nunca había llegado. Santos, para legitimar el levantamiento contra los españoles, decidió adoptar el nombre del emperador Atahualpa, de quien decía descender, y se proclamó Apu Inca, con la intención de restaurar el Imperio de los incas. Tomó varios pueblos y aldeas hasta que, en 1744, José Antonio de Mendoza organizó un poderoso ejército para acabar con la insurrección, que se había expandido en las zonas montañosas y selváticas controladas por Juan Santos; el levantamiento fue sofocado, aunque el caudillo indígena logró escapar.

Para evitar nuevas revueltas, José Antonio de Mendoza quiso conocer los motivos del descontento indígena, y los expuso en un informe al rey de España. Comprendió que una de las causas del levantamiento había sido el incumplimiento de las ordenanzas reales a favor de los indios, que él debía hacer cumplir, así como una considerable serie de agravios, como el aumento de los impuestos, la virtual esclavitud que representaba el sistema de la mita y el llamado reparto de mercancías, práctica consistente en la distribución de productos europeos entre los indios con el objeto de adaptarlos a las costumbres del Viejo Mundo, pero que en la práctica los corregidores obligaban a comprar a los indios a precios abusivos y en cantidades superiores a sus necesidades.

Mendoza intentó mejorar la situación de los indígenas mediante la promulgación de numerosas ordenanzas, pero al igual que muchas cédulas reales, el problema fue su incumplimiento por parte de los pobladores españoles. La labor protectora de los indios iniciada por Mendoza fue continuada por su sucesor en el cargo, José Antonio Manso de Velasco.

El virrey Mendoza respaldó la expedición científica franco-española encabezada por el erudito y científico francés Charles Marie de La Condamine, encargada de medir un arco del meridiano y señalar algunos puntos de la línea astronómica del Ecuador. En el equipo que llegó al Perú en 1737 había también cosmógrafos, naturalistas y etnólogos, y entre ellos dos ilustrados españoles, Jorge Juan y Santacilia y Antonio de Ulloa, que tenían encomendada la misión de elaborar un informe sobre las cuestiones que acuciaban al virreinato, como la desorganización de las colonias, la corrupción endémica de la administración o la práctica del comercio ilegal; fue publicado poco después con el título de Noticias secretas de América. Finalizado su mandato, José Antonio de Mendoza Caamaño emprendió el viaje de regreso a España; no volvería, sin embargo, a ver su patria, pues falleció durante la travesía.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].