Mahoma

 
Retrato. Nacido hacia el 570 en el seno del clan de los Hasim, su infancia transcurrió en la pobreza y en la soledad al fallecer su padre poco antes de nacer y su madre cuando aún era pequeño; adoptado por su abuelo paterno, que murió al tener Mahoma ocho años, fue recogido por su tío Abú Talib, que lo trató como a un hijo más, pero que no pudo darle una educación esmerada; de esta etapa data la fuerte amistad con su primo Alí, que sería uno de los primeros conversos y que, al casar con una de las hijas del Profeta (Fátima), se convertiría en su yerno. Iniciado en el negocio caravanero por su propio tío, sus buenas condiciones intelectuales y morales le granjearon las simpatías de una rica viuda, Jadicha, que le escogió como hombre de confianza para acompañar sus caravanas a Siria, casándose con él. Este matrimonio permitió a Mahoma salir de la pobreza y adquirir reputación entre sus conciudadanos de La Meca, que le llamaban al-amin (el hombre seguro). Jadicha ha sido considerada por la tradición islámica como una de las mujeres perfectas, que colmó de felicidad al Profeta al darle varios hijos, y la compañera que creyó en su misión y le sostuvo en los momentos de crisis; Mahoma, agradecido, no tomó otra esposa mientras ella vivió. En la imagen, un retrato imaginario de Mahoma (todos sus retratos son imaginarios) que ilustró la Historia general de la religión de los turcos (1625), de Michel Baudier.