Wolfgang Amadeus Mozart

La belleza, la perfección y la profundidad de la música de Mozart continúan maravillando y deleitando al público de todo el mundo; aunque no pareció tener seguidores inmediatos, la figura del compositor sería objeto, durante el romanticismo, de una gran veneración, sólo comparable a la que gozaron Johann Sebastian Bach y, posteriormente, Ludwig van Beethoven. Del romanticismo proceden precisamente una serie de leyendas espurias que culparon al envidioso Salieri de envenenar a Mozart y que rodearon de un halo de misterio la composición de su última obra, el Réquiem, que Mozart, ya debilitado y gravemente enfermo, pensó estar escribiendo para sí mismo y que no llegó a concluir. En el siguiente vídeo podemos escuchar uno de los pasajes de esta dramática composición, el Dies Irae, en una interpretación dirigida por John Eliot Gardiner en el Palau de la Música Catalana de Barcelona en 1991.