Gumersindo de Azcárate

(Gumersindo de Azcárate y Menéndez; León, 1840 - Madrid, 1917) Político español. Estudió Leyes en Oviedo y Madrid y ganó por oposición la cátedra de legislación comparada en la Universidad Central de Madrid. Con la restauración monárquica propugnada por Cánovas del Castillo, en el año 1875, fue expulsado de la Universidad, junto con Nicolás Salmerón y Francisco Giner de los Ríos, por sus ideas progresistas que chocaban frontalmente con los postulados defendidos por el ultracatólico ministro de Fomento, Manuel Orovio. Aprovechando la única puerta que dejó abierta la Ley canovista para la existencia de centros privados de educación, los represaliados decidieron fundar un centro donde se pudiera difundir el espíritu krausista y progresista, que aspiraba a regenerar, desde la base, la abotargada sociedad española.


Gumersindo de Azcárate

Siempre desde las filas progresistas y defendiendo el republicanismo, Gurmesindo de Azcárate comenzó su carrera política en el año 1868. En el año 1873 compartía liderato con Nicolás Salmerón dentro de las filas del Partido Republicano Centrista. En el año 1876, tras un largo período de ostracismo político, regresó a la vida parlamentaria activa para defender su postura republicana como diputado por León, hasta el año 1916.

Desde el año 1873 perteneció al Partido Republicano Progresista, liderado por Manuel Ruiz Zorrilla, ocupando, con frecuencia, la presidencia de la minoría republicana en el Congreso. En el año 1909 se puso al frente de la Conjunción Republicano-Socialista, pero en el año 1913 olvidó sus escrúpulos formalistas de profundo republicanismo, uniéndose al reformista Melquíades Álvarez y fundando el Partido Reformista, del que fue elegido presidente.

Con anterioridad fue nombrado, en el año 1903, presidente del recién creado Instituto de Reformas Sociales, organismo que fue el verdadero impulsor de la reforma social en España. Desde el principio este organismo, presidido con energía y competencia por Gurmesindo de Azcárate, se planteó unos objetivos ambiciosos y del todo progresistas: preparar la legislación del trabajo, en su más amplio sentido; cuidar de su ejercicio, organizando para ello los necesarios servicios de inspección y estadística; y, por último, favorecer la acción social y gubernativa en beneficio de la mejora y bienestar de la clase trabajadora. Pero los objetivos del Instituto fracasaron por completo debido a las aspiraciones impacientes de las organizaciones obreras, las cuales no estaban por la labor de esperar diagnósticos a largo plazo adecuados a sus problemas, ni tampoco a que las ideas progresistas maduraran en la conciencia pública.

A pesar de su dilatada trayectoria política, donde Gurmesindo de Azcárate resaltó más y con luz propia fue en el ámbito de la teoría política, como autor de una extensísima obra. Escribió y teorizó sobre el Estado democrático, el parlamentarismo y la función de los partidos políticos en la democracia. Su postura política, profundamente liberal y republicana, era la consecuencia de su aceptación plena del principio de la soberanía nacional o del autogobierno de los pueblos.

De estos postulados nació su crítica feroz hacia el sistema monárquico defendido a ultranza por Antonio Cánovas del Castillo, que se concretó en la publicación de dos obras: El Selfgovernment y la monarquía doctrinaria (1877) y El régimen parlamentario en la práctica (1885). En estas dos obras dejó entrever la influencia que ejercieron en él las doctrinas de Herbert Spencer y la experiencia vivida bajo el Sexenio Revolucionario (1868-74).

Con su defensa de los derechos individuales, así como de los derechos naturales del hombre y la defensa de la libertad personal, se granjeó la enemistad de los próceres del gobierno canovista. Criticó el liberalismo doctrinario impuesto por Cánovas del Castillo y reivindicó una serie de principios éticos e ideológicos que la Revolución de la Gloriosa (1868) no pudo consolidar.

En sus obras Estudios económicos y sociales (1876), Ensayo sobre la historia del derecho de la propiedad (1879-83) y Resumen de una discusión sobre el problema social (1883), abordó con estimable profundidad y certeza la cuestión social desde ángulos complementarios, siempre abogando por la libertad (de la naturaleza que fuese) como único garante para resolver las tensiones sociales inherentes al desarrollo de la Revolución Industrial. También defendió la conciliación de la propiedad privada con la aspiración del bienestar social colectivo. A medida que Gurmesindo de Azcárate tomó parte más directa en los asuntos políticos y públicos, su producción literaria fue perdiendo originalidad y compromiso.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].