Alexis Carrel
(Saint-Foy, 1873 - París, 1944) Fisiólogo, histólogo y cirujano francés. Alexis Carrel inició su formación en Lyon, donde se graduó en 1900. Durante los dos años siguientes, o sea hasta 1902, profundizó en sus estudios anatómicos en calidad de ayudante del famoso anatomista Léo Testut. En 1904 marchó a América, donde trabajó en el Instituto de Fisiología de Chicago bajo la dirección de Stewart.
Alexis Carrel
Consolidados con ello sus conocimientos respecto a tales materias, que para él habían de ser fundamentales, su nombre empezó a difundirse, y en 1906 fue llamado al Instituto Rockefeller de Nueva York, del que pasó a ser miembro ordinario. La fama de sus trabajos, investigaciones y descubrimientos alcanzó pronto gran difusión, y en 1912 se vieron coronados con el premio Nobel de Fisiología y Medicina. Tras haber residido en América a lo largo de casi toda su vida, durante la Segunda Guerra Mundial volvió a la Francia ocupada, donde, por haberle confiado un cargo científico el Gobierno de Vichy, fue acusado luego de colaboración con el nazismo. Sin embargo, no hubo de sufrir proceso alguno.
El nombre de Alexis Carrel es universalmente conocido: en el campo de la ciencia, por sus estudios y sus realizaciones prácticas en el cultivo de los tejidos y especialmente por sus aportaciones a la cirugía (técnica de sutura con "tres hilos", anastomosis de vasos sanguíneos, trasplantes orgánicos, construcción de un corazón artificial); en el ámbito de la cultura en general, Carrel se reveló como un notable escritor en su libro La incógnita del hombre, y en el mundo religioso destacó por su franca actitud de científico creyente.
Con la participación de Henry D. Dakin, introdujo en la practica médica el método Carrel-Dakin, que consistía en una solución de hipoclorito sódico para el tratamiento de las heridas profundas. Realizó investigaciones sobre la forma de preservar la sangre y los tejidos en medios fríos, y descubrió que la sangre podía conservarse por largos periodos en recipientes dentro de cámaras frigoríficas.
Una de las principales dificultades que encontró en sus investigaciones sobre los trasplantes era la necesidad de asegurar el suministro adecuado del flujo sanguíneo para el órgano transplantado, con el objeto de evitar fallos ocasionados por trombosis o estenosis. Carrel concibió una serie de métodos para suturar los vasos sanguíneos con un mínimo de daño, reduciendo considerablemente el riesgo de trombosis o de infecciones. Con estas técnicas dio un gran impulso a la cirugía vascular.
Posteriormente estudió algunos métodos para mantener los órganos vivos mediante perfusión, haciendo pasar la sangre por los vasos sanguíneos del órgano. Junto al aviador Charles Lindbergh, construyó un corazón artificial en 1935. A pesar de los problemas relacionados con el rechazo de los tejidos transplantados y otras dificultades, sus investigaciones fueron muy importantes para llegar a las técnicas utilizadas actualmente en los transplantes de órganos.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
[página consultada el ].