Alfred Jodl

(Wurzburg, 1890 - Nuremberg, 1946) General alemán que fue el principal consejero militar de Adolf Hitler y diseñó las campañas militares más importantes de la Segunda Guerra Mundial.


Hitler y Alfred Jodl, herido en el atentado
contra Hitler del 20 de julio de 1944

De abuelo, padre, tío y hermano militares, también él optó por el ejército; cadete de ingenieros en 1908, entró luego en el cuerpo de artillería como teniente. Luchó en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) en el frente belga, donde coincidió con Wilhelm Keitel; en 1918 fue nombrado capitán. Tras la guerra, continuó su formación, aproximándose al mando de la Reichswehr. Como muchos otros militares frustrados, simpatizó con el Partido Nacionalsocialista, aunque no obtuvo por el momento ningún beneficio con ello.

En 1938, al ser despedido Werner von Blomberg del Oberkommand der Werhmacht (OKW, "Alto Mando del Ejército"), Wilhelm Keitel, que le sustituyó, nombró jefe de operaciones a Jodl. Ambos, junto con el coronel Warlimont, segundo de Alfred Jodl, se convirtieron en los consejeros militares más cercanos a Adolf Hitler.

Jodl, que trabajaba metódicamente desde su despacho ("soldado de butaca", le llamó Erwin Rommel), sobresalió por su visión estratégica y sentido de la situación de combate, virtudes con las que se ganó la confianza del Führer (al que siempre fue leal) por encima de Keitel, teóricamente su superior. Fue por ello autor de los planes de anexión de Austria y de las regiones alemanas de Checoslovaquia (los Sudetes), además de las invasiones de Polonia ("Plan Blanco"), Yugoslavia y Grecia, la URSS ("Operación Barbarroja") y otras; su papel fue, sin embargo, poco conocido por los aliados y el gran público hasta el final de la guerra.

Aunque nunca se apartó de Hitler, hecho potenciado en parte por el aislamiento a que fue sometido por los oficiales del Alto Mando de origen prusiano (él era bávaro), se opuso a secundar los planes militares del dictador, no al menos sin discusión, cuando los consideró imperfectos o erróneos; el Führer, como Jefe de las Fuerzas Armadas, imponía su criterio de operaciones y tomaba la última decisión sin admitir réplica. Una de esas discrepancias (en otoño de 1942, cuando se examinaban las operaciones en el sur de Rusia) le hizo perder el favor de Hitler, que no se reconcilió con Jodl hasta el 30 de enero de 1944.

No se opuso, sin embargo, a las órdenes de guerra total y ejecuciones sumarias de comandos enemigos, de lo que sería acusado más tarde en el juicio de Nüremberg. Tras haber sido ligeramente herido en el atentado contra Hitler del 20 de julio de 1944, fue designado en mayo de 1945 jefe de Estado Mayor por Karl Dönitz (sucesor de Hitler), prácticamente finalizada ya la guerra; firmó la rendición de Alemania en Reims el 7 de mayo, y fue apresado el 22 en Flensburg (en la frontera danesa), junto con Keitel y Albert Speer.

Procesado en Nüremberg junto con otros altos cargos nazis y del ejército alemán, se le imputaron cuatro acusaciones que en conjunto significaban crímenes contra la paz, de guerra y contra la humanidad: preparación de las invasiones de Checoslovaquia, Noruega, Grecia, Yugoslavia y Rusia; intención de destruir totalmente, por orden de Hitler, las ciudades de Moscú y Leningrado; evacuación forzosa de la población del norte de Noruega; y ejecuciones indiscriminadas de comandos enemigos y terrorismo contra la población rusa.

A pesar del argumento de la defensa de que se trataba de obediencia militar, fue hallado culpable y condenado a la horca el 30 de septiembre de 1946, sentencia que se ejecutó el 16 de octubre de 1946, en un antiguo gimnasio de la cárcel de Núremberg. Escribió un Diario (1937-1942) y dos series de anotaciones (Documentos privados y Notas de Nüremberg) que fueron publicados por su mujer tras su muerte.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].