Diego Velázquez
Las Lanzas o La Rendición de Breda
1634 - 1635
Lienzo. 3,07 x 3,67
Museo del Prado, Madrid.
Para la decoración del Salón de Reinos del Buen Retiro, en la que trabajan también tanto los artistas cortesanos más viejos (Carducho, Caxés, Maino) como las más jóvenes promesas (José Leonardo y Pereda), realiza Velázquez hacia 1634 una de sus obras de mayor belleza, que habría de convertirse también en una de las más populares: La Rendición de Breda o Las Lanzas.
El lienzo es sin duda una de las piezas capitales de toda la pintura universal en que se haya pretendido expresar un hecho militar contemporáneo. La composición, de sereno equilibrio clásico, contrapone los gestos de los protagonistas, vencedor y vencido, en elegante armonía: sereno y cordial el vencedor; con digno rendimiento resignado el vencido.
Velázquez conocía muy bien el rostro del general Ambrosio Spínola, pues había realizado con él su primer viaje a Italia y quizá le oyese personalmente comentar el famoso hecho de armas sucedido en 1625. Los personajes que acompañan son algo más que comparsas, pues tanto el grupo de los españoles como el de los holandeses se hallan rigurosamente individualizados.
El paisaje del fondo, de una luminosidad y trasparencia inolvidables, nos da la medida del Velázquez "pintor del aire". Se han señalado numerosos antecedentes de la composición en grabados franceses y flamencos, con frecuencia mediocres, que Velázquez hubo de interpretar con el tanto de verdad que hace de su estilo el más sencillamente pictórico de toda la historia del Arte.