Jorge Serrano Elías

(Ciudad de Guatemala, 1945) Político guatemalteco, presidente de la república entre 1991 y 1993. Exiliado en Estados Unidos en 1981, regresó a su país tras el golpe de estado del general Ríos Montt (1982), que lo nombró presidente del Consejo de Estado. Derrotado en las elecciones presidenciales de 1985, en 1986 fundó el Movimiento de Acción Solidaria, de orientación socialcristiana autoritaria. Tras su victoria en las elecciones presidenciales de 1991 formó un gobierno que incluía desde la extrema derecha hasta los socialdemócratas. En 1993 intentó disolver el Parlamento y el Tribunal Constitucional, pero el golpe de estado civil fracasó y tuvo que exiliarse.


Jorge Serrano Elías

Su padre, Jorge Adán Serrano, estuvo fuertemente vinculado a la política y fue un notorio opositor de la dictadura del general Jorge Ubico (1931-1944). Jorge Serrano Elías estudió en los Hermanos Maristas y, posteriormente, en la Universidad Nacional de San Carlos de Guatemala, donde obtuvo los títulos de ingeniero industrial y profesor de segunda enseñanza en física y matemáticas. En sus años en la universidad se adscribió a la juventud demócrata cristiana. Católico por formación, a los 28 años de edad abrazó la iglesia evangélica fundamentalista El Shaddai. Entre 1974 y 1976 fue director de la sección de Recursos Humanos de la Secretaría General del Consejo Nacional de Planificación Económica de Guatemala. En esta misma época colaboró en la elaboración del Plan Nacional para la Educación y la Salud.

Entró en la política activa en el año 1976, cuando el país acababa de ser asolado por un terremoto, proponiendo un plan de reconstrucción para el país basándose en la colaboración de capital norteamericano y las ayudas procedentes de organizaciones protestantes. En los años setenta fue miembro de la democracia cristiana y, luego, del Partido Nacional Renovador. Más tarde se exilió a los Estados Unidos, a causa de las amenazas recibidas desde la extrema derecha por la publicación de un documento sobre las miserables condiciones de vida de la población indígena.

Regresó a Guatemala en 1982, coincidiendo con el golpe de Estado del general Efraín Ríos Montt. Durante el mandato de este último (1982-1983), que fue uno de los períodos más violentos de la historia del país, Serrano Elías presidió el Consejo de Estado. En marzo de 1983 fue el centro de fuertes controversias por su negativa a tender la mano al papa Juan Pablo II, que se hallaba de visita en Guatemala.

A finales de 1985 fue candidato presidencial por una coalición de dos partidos de derecha moderada, el Democrático de Cooperación Nacional y el Revolucionario, quedando en tercer lugar tras el vencedor, el democristiano Vinicio Cerezo Arévalo, y Jorge Carpio. Un año después, en 1986, fundó el partido Movimiento de Acción Solidaria (MAS). Serrano Elías jugó un importante papel como integrante de la Comisión de Reconciliación Nacional de la Asamblea Legislativa, que había sido creada en 1987 después de los acuerdos regionales de paz firmados en el mes de agosto. Durante esa legislatura alternó su labor de oposición en la Asamblea con la de pastor evangelista.

El 11 de noviembre de 1990 se presentó como candidato en las elecciones presidenciales por el Movimiento de Acción Solidaria (MAS), pero tuvo que recurrir a la segunda vuelta del 6 de enero de 1991 para derrotar por un 68,12 % frente a un 31,68 % a Jorge Carpio, de la Unión del Centro Nacional (UCN). Gran parte de su éxito en las urnas se debió, según los analistas, a los miles de votos evangélicos, que en principio hubieran ido para el golpista Efraín Ríos Montt de haber podido presentarse. Serrano Elías fue investido presidente el 14 de enero de 1991, sucediendo a Vinicio Cerezo Arévalo. Era el primer presidente civil que recibía el poder de otro civil durante todo el siglo XX, y el primer evangelista que ocupaba la presidencia de la República en un país con un 90% de población católica.

El gobierno de Jorge Serrano, que carecía de verdaderos apoyos, debió hacer frente a serias dificultades económicas y sociales; no sin problemas, mantuvo el diálogo con la guerrilla en la ciudad de México hasta que llegó el momento de implementar las medidas democratizadoras acordadas. La violencia paramilitar y ultraderechista y la conflictividad política, a causa de las protestas sociales encabezadas por organizaciones populares de damnificados por la guerra y por el movimiento indígena, que inició sus demandas por el reconocimiento de su identidad y de sus derechos, redujo el margen de maniobras del Gobierno. Por otra parte, la sustanciación de los casos judiciales relacionados con violaciones de los derechos humanos y las discusiones sobre la profundidad de las reformas dieron al país un tono político distinto, al que se sumó la concesión del Premio Nobel de la Paz a la dirigente indígena Rigoberta Menchú.

Los escasos 18 escaños que su partido tenía en una Asamblea de 115 diputados le obligaron a formar coalición con otros partidos y a gobernar a la sombra de los militares. Recibió un país con una grave crisis económica, con un desempleo del 45% y la lacra de la violencia que se arrastraba desde la guerra de 1960 y que había costado la vida a más de cien mil personas. Desde su llegada al poder distintas organizaciones nacionales e internacionales continuaron con las denuncias de violación de derechos humanos. En junio de 1991 el procurador de los Derechos Humanos, Ramiro de León Carpio (primo hermano de Jorge Carpio, y ex presidente también de la República de Guatemala) reconocía que la situación había mejorado gracias al apoyo nacional e internacional, aunque los datos sobre muertos y desaparecidos eran aún muy altos e imputables en algunos casos a la policía y el Ejército.

En los primeros meses de mandato su gobierno retomó en México los contactos con la guerrilla URNG, que culminaron en el verano de 1991 con la firma del Acuerdo de Querétaro para la democratización de Guatemala. Luego siguieron una serie de altibajos en las reuniones, y en enero de 1993 Jorge Serrano Elías presentó una propuesta de paz con la guerrilla, pero ésta la rechazó por parcial e incompleta. A continuación, la URNG presentó una propuesta muy similar a la presentada ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que fue rechazada por el presidente guatemalteco. En enero de 1993 se produjo el regreso de los primeros 2.500 refugiados guatemaltecos de los 55.000 que vivían en el sudeste mexicano.

En los primeros meses de 1993, Serrano Elías perdió definitivamente sus frágiles apoyos políticos y chocó con los empresarios, con la prensa y la Iglesia Católica, lo que dio pábulo a los rumores de golpe de Estado. En mayo de 1993, el gobierno rompió las conversaciones con la URNG, y poco después, con el pretexto de acabar con la corrupción y el narcotráfico, anunció la suspensión de la Constitución de 1985, la disolución del Parlamento y la celebración de elecciones para una Asamblea constituyente.

El intento de golpe de estado civil de Serrano Elías puso de manifiesto la fragilidad del sistema parlamentario reinstaurado en 1986. Finalmente, Serrano tuvo que dimitir ante la falta de apoyo y el Congreso eligió como nuevo presidente al procurador de derechos humanos, Ramiro de León Carpio, quien se había destacado por sus denuncias de la violencia institucional. Pero el nombramiento como nuevo ministro de Defensa del general Roberto Perussina, representante del ala dura del ejército, dejó al descubierto el poder real de los militares, principales responsables de la represión en estos años.

Serrano Elías dejó el país vía El Salvador para recalar el día 6 de junio en Panamá, donde, gracias a su amistad con el presidente Guillermo Endara Galimany, residió desde entonces como asilado junto con su mujer y tres de sus hijos menores. En este país se dedicó a labores de consultoría y fue uno de los mayores socios del complejo hotelero Hacienda Country Club, inaugurado en 1997. Uno de los primeros pasos de su sucesor en la presidencia de la República, Ramiro de León Carpio, fue la de iniciar los trámites para su extradición. Se acusó al ex presidente de once delitos, entre ellos los de violación de la Carta Magna, abuso de autoridad, peculado y malversación de fondos públicos. Se puso al descubierto que Serrano Elías poseía gran número de propiedades, tanto en Guatemala como en Estados Unidos, y cuentas bancarias en Estados Unidos, Suiza y Panamá.

El 26 de julio de 1993 su coche fue tiroteado; Serrano Elías salió ileso del atentado. El 10 de agosto de 1994 las autoridades panameñas recibieron la documentación de una segunda solicitud de extradición (la primera había sido ya desestimada). La petición fue rechazada pocos días después por "contener profundas connotaciones políticas". Entre septiembre y octubre de 1994, Serrano Elías realizó varios viajes a Europa a raíz de las amenazas de la guerrilla guatemalteca. Con anterioridad había realizado desplazamientos a Argentina, Colombia y República Dominicana.

En junio de 1997 la fiscalía abrió un tercer proceso de extradición por delitos comunes (usurpación de funciones, abuso de poder y fraude, entre otros), pero corrió igual suerte que las anteriores: fue rechazado en febrero de 1998 por el gobierno panameño "por no entrar dentro de los supuestos de la Convención de Montevideo de 1993", al no tener los delitos una pena mínima de un año en ambas legislaciones. En junio de 2002 un tribunal guatemalteco, siguiendo la petición fiscal, aprobó una orden de captura internacional basada en los anteriores delitos comunes, que nunca llegó a hacerse efectiva gracias a su estatus de asilado político.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].