Arctino de Mileto
(Siglo VIII a.J.C.) Poeta griego al que se atribuyen dos poemas del ciclo épico troyano: la Etiópida y La destrucción de Ilión. Según la tradición, Arctino de Mileto vivió en tiempos de la primera Olimpíada (siglo VIII a. de C.). Los antiguos le atribuían la Etiópida y La destrucción de Ilión, poemas que continuaban la narración de la guerra de Troya en el punto en que se interrumpe en la Ilíada. Todavía más insegura es la atribución a Arctino de Mileto de la Titanomaquia, que en los testimonios antiguos es asignada también a Eumelo de Corinto.
Con la Etiópida, poema en cinco libros, Arctino de Mileto se proponía continuar la narración de la Ilíada desde el punto preciso en que Homero la había interrumpido. Cuenta Arctino que, una vez sepultado Héctor con todos los honores, los troyanos vieron llegar en su socorro a Pentesilea, reina de las amazonas; pero la gesta guerrera de estas mujeres fue de breve duración, porque su reina halló la muerte por mano de Aquiles. Tersitas tomó pretexto de esto para burlarse del héroe mirmidón como matador de mujeres, y Aquiles, en un arrebato de ira, mató al motejador, y para reparar su culpa se embarcó para Lesbos en voluntario destierro.
Mennón, rey de los etíopes (de donde viene el título de poema), se aprovechó de la ausencia de Aquiles para ayudar a los troyanos. Al sembrar estragos en el campo aqueo, el etíope mató también a Antíoco, joven amigo de Aquiles. Aquiles regresa, y cuando ya estaba a punto de entrar en Troya, una flecha de Paris le hirió mortalmente en el talón. Tras su muerte, Ulises disputa a Áyax las armas de Aquiles, las cuales quedan para el itacense; y Áyax, por el dolor que esto le causa, se da muerte. El argumento, lleno de motivos novelescos y poéticos, está de hecho más centrado en Aquiles que en Mennón, a pesar del título. La Etiópida inspiraría gran parte de la producción épica y trágica posthomérica.
Los dos libros de La destrucción de Ilión eran la continuación de la Etiópida, y su contenido no debía de ser muy diferente del relato del segundo libro de la Eneida de Virgilio: se hablaba de los héroes griegos que, encerrados en el caballo de madera, lograron penetrar en las murallas de Troya. Debían aparecer también las figuras de Laocoonte y Sinón, de las cuales Virgilio sacó sus célebres episodios. No se sabe si el breve poema terminaba con el incendio de la ciudad o con la partida de los griegos; en todo caso, una parte del relato coincidía con la Pequeña Ilíada de Lesques, de tal modo que erróneamente se supuso autor de La destrucción de Ilión al propio Lesques. La importancia de este poema fue también grande en el mundo clásico, pues, al igual que el anterior, ofreció material mítico troyano a todos los poetas posthoméricos, los cuales no habían podido leer en la Ilíada la caída de la ciudad, que en la Odisea ya se daba como un hecho.
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Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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