Carlos V el Sabio

(Vincennes, 1338 - Nogent-sur-Marne, 1380) Rey de Francia (1364-1380). Hijo y heredero de Juan II de Francia el Bueno, logró importantes avances en la guerra contra los ingleses, que, al finalizar su reinado, controlaban apenas unas pocas ciudades en Francia.


Carlos V de Francia el Sabio

Tanto la regencia (1356-1360) como el reinado de Carlos V de Francia, llamado el Sabio, se desarrollaron en el convulso contexto de la Guerra de los Cien Años, que desde 1337 hasta 1453 enfrentó a Francia e Inglaterra de forma intermitente. El 19 de septiembre de 1356 tuvo lugar uno de los episodios más relevantes de ese conflicto: el príncipe galés Eduardo de Woodstock, llamado el Príncipe Negro, derrotó a las tropas francesas en la batalla de Poitiers e hizo prisionero a Juan II de Francia.

Ante este hecho el delfín Carlos, que contaba dieciocho años, asumió la regencia del reino. Casí de inmediato hubo de hacer frente primero al descontento y luego a la sublevación de la burguesía parisina, encabezada por Étienne Marcel. Carlos logró escapar de la capital y, tras recabar y obtener el apoyo de la nobleza, puso sitio a París con sus tropas y sofocó la insurrección. Del mismo modo reprimió duramente la revuelta campesina de la Jacquerie (1358).

Tras ser liberado en 1360, Juan II de Francia retomó sus atribuciones regias; cuando falleció cuatro años más tarde, el delfín Carlos fue elevado al trono como Carlos V de Francia e inició un reinado no muy dilatado (1364-1380) pero extremadamente fructífero en el aspecto militar. Por la derrota de Poitiers, su padre había tenido que de aceptar el desastroso tratado anglo-francés de Brétigny (1360). Pero, ayudado entre otros por el capitán Bertrand du Guesclin, al que nombró en 1370 condestable de Francia, Carlos reconquistó en pocos años los territorios perdidos.

A la muerte de Carlos V de Francia, los ingleses no conservaban más que cinco ciudades francesas. El monarca había conseguido, además, poner fin a los desórdenes interiores: paz impuesta a Carlos II de Navarra y evacuación, a España, de las Grandes Compañías. El saneamiento de las finanzas, que contribuyó a sus éxitos, le permitió también satisfacer sus gustos de príncipe cultivado: construcción de palacios (Louvre, Casa de Saint-Paul), creación de la primera biblioteca real y mecenazgo de literatos y artistas.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].