Jacques Feyder

(Jacques Fréderix; Ixelles, 1888 - Prangins, 1948) Director de cine belga. A la muerte de su madre y siendo joven, mostró su deseo de iniciar la carrera de actor, lo que le supuso enfrentarse con su padre. Éste le llegó a prohibir utilizar el apellido paterno y él entonces lo cambió por el de Feyder, con el que habría de hacerse famoso. Poco antes de la Primera Guerra Mundial actuó en Lyon, donde conoció a la que habría de ser su esposa, la actriz Françoise Rosay. Trabajó posteriormente en París participando en la película de Louis Feuillade Los Vampiros. En 1916 le contrata como director el famoso productor Gaumont, para el que realizó una buena cantidad de filmes, que, aunque se han perdido u olvidado, constituyeron un buen banco de pruebas donde mostrar su talento y forjar su personalidad. Llamado a filas, participó en actividades del ejército belga.

De 1920 es la primera película importante en su carrera, La Atlántida. El rodaje se llevó a cabo en el desierto. Aunque su profesionalidad y habilidad son demostradas, la obra ha soportado mal el paso del tiempo. En ella destaca la interpretación de Stacia Napierkowska. En 1922 realiza Crainquebille, basada en unan novela de Anatole France, con la que recogió elogios del propio David W. Griffith. Durante algún tiempo Feyder insistió en rodar adaptaciones literarias, como por ejemplo Carmen, protagonizada por la entonces popular cantante española Raquel Meller; probablemente buscaba, amparándose en el prestigio de los títulos, conseguir un asentimiento de la crítica y del público. A pesar de todo, Feyder sabía dotar a sus adaptaciones del suficiente ritmo cinematográfico como para que la traslación del texto no fuese un mero calco.

En 1928 los norteamericanos, siempre atentos a las figuras que surgían en Europa, le ofrecieron un contrato para trabajar al otro lado del Atlántico. La oferta le vino de la mano de la MGM y el director franco-belga se instaló en California. No obstante, la maquinaria de los grandes estudios imponía unas condiciones de trabajo a las que los europeos se adaptaban con ciertas dificultades. A pesar de todo, los títulos acabaron llegando y Feyder trabajó con Greta Garbo en su última película muda (The Kiss, 1929). Trabó amistad con grandes estrellas como Murnau, Jannings y otros.

De regreso a Europa inició una colaboración con Charles Spaak, guionista belga de gran prestigió en los años treinta y cuarenta, miembro de una importante familia de actores y políticos. El signo de la muerte (1934) fue el fruto de su primer encuentro. El efecto narrativo de que una mujer rubia apareciese luego de castaña y el tratamiento del tema forjan el antecedente de lo que años más tarde llegaría a ser Vértigo. Después vino Pensión Mimosas (1935), otra obra de gran éxito, donde su mujer, Françoise Rosay, tuvo una destacada actuación.

En este mismo año se va a producir el que será el mayor triunfo de su carrera y una de las películas cumbres de la cinematografía europea de la primera mitad del siglo. Se trata de La Kermesse heroica, un filme que describe una anécdota de los Tercios españoles en Flandes y que, rodada en tono de comedia, era un brillantísimo ejercicio de puesta en escena, interpretación y descripción de personajes. La película obtuvo galardones importantes y respaldó la personalidad de Feyder como uno de los directores con mayor talento de la época.

Como resultado del éxito obtenido, fue llamado a Inglaterra, por el poderoso Alexander Korda, para rodar la adaptación de una novela de James Hilton titulada La condesa Alexandra (1937). Aunque los protagonistas eran nuevamente actores de prestigio como Robert Donat y la ambigua Marlene Dietrich, Feyder volvía a tropezar con el maleficio de que no lograba el mismo éxito cuando rodaba en Francia que cuando lo hacía en otra lengua.En 1939 Feyder se desplazó al norte del Círculo Ártico para realizar secuencias de La ley del Norte. Se produjo el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el filme se estrenó ya en los años cuarenta con el título de La pista del Norte.

Durante la guerra, Feyder se trasladó a Suiza, donde rodó Una mujer desaparece (1941), en la cual Françoise Rosay interpretaba a cuatro mujeres diferentes.

Tras la guerra, entró en un mal período. Nunca fue colaboracionista, pero hubo quien consideró que había alimentado algún tipo de simpatía por los alemanes. Aunque jamás se le formuló ningún tipo de acusación, lo cierto es que sufrió un período depresivo, donde el trabajo escaseó para él. El matrimonio tuvo que valerse entonces de la actividad de la esposa, que realizó giras teatrales por Francia y el norte de África, con textos escritos por el marido. Mientras, Feyder se dedicó a la enseñanza del cine en Ginebra y a escribir un libro sobre cine.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].