Willem Kalf

(Rotterdam, 1619 - Ámsterdam, 1693) Pintor neerlandés. Activo en París (1642-1646) y en Ámsterdam, es un notable pintor de cocinas y de bodegones, en los que se aprecia la influencia del estilo y de la luminosidad de Johannes Vermeer.


Willem Kalf

Hacia el año 1600 el bodegón se afianzó como modalidad pictórica en Europa. En Holanda era muy apreciado por la floreciente burguesía, y fue en este país donde conoció su apogeo y su máxima expresión como género independiente. Los bodegones holandeses se caracterizan por un enfoque realista, muy parecido al de la Antigüedad, y por una notable habilidad en la descripción de las materias, así como por la cotidianidad burguesa y, en ocasiones, por un cierto simbolismo alegórico. Junto con Jan Davidsz de Heem, Jan van Huysum y Willem Claesz Heda, Willem Kalf fue uno de los grandes maestros holandeses que destacaron en este campo.

Nacido en Rotterdam y establecido en Ámsterdam, Willem Kalf pintó en su juventud interiores de cocinas, pero adquirió fama por sus naturalezas muertas de gran preciosismo, en las que porcelanas chinas y objetos de plata y cristal se prestan a hermosos juegos de luz, reflejos y transparencias. Goethe escribió que "en los bodegones de Kalf se puede ver cómo el sentido artístico es superior al natural y cómo este espíritu puede comunicarse a los objetos cuando se miran con ojos creativos. No hay ninguna duda, o al menos no la hay para mí, de que si tuviera que elegir entre la vajilla de oro y el cuadro, escogería el cuadro". Entre sus obras más admiradas se encuentran El florero Ming (Museo Boymans-van Beuningen, Rotterdam), Bodegón con cuerno para beber, langosta y copas (National Gallery, Londres) y Bodegón con jarra de plata (Rijksmuseum, Ámsterdam).


Bodegón con jarra de plata (1656), de Willem Kalf

Otro magnífico ejemplo del género, rico, lujoso y multicolor, es la Naturaleza muerta con postre (1653-1654), conservada en el Museo del Ermitage. Su composición es simple y bastante tradicional. Encima de la mesa hay una fuente de plata, dos copas, una pequeña jarra y un plato de loza con fruta. La belleza de los objetos dibujados es realmente singular. El tapiz oriental que cubre la mesa está lleno de preciosos ornamentos de generosos tonos oscuros. La alta copa, con una figurita en la tapa, es una maravilla de maestría artífice, y la copa, sobre la fuente de plata, asombra por la belleza de sus formas y por la habilidad que Kalf demuestra para transmitir la finura del cristal y los vivos reflejos de su superficie. Un especial cariño y cuidado se observa en la representación de la fruta que está en el plato. Cada una significa para el pintor una oportunidad de desarrollar una complicada tarea artística. Magistralmente pone de manifiesto la áspera piel y la lustrosa factura del limón a medio pelar, así como también la jugosidad de su pulpa. Con el mismo esmero pinta cada una de las otras frutas. El cuadro presenta un aspecto de abundancia, logrado no sólo por la acumulación de objetos, sino también por los efectos de luz y sombras.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].