Athanasius Kircher

(Athanasius o Atanasio Kircher; Geisa, 1602 - Roma, 1680) Erudito y científico alemán. Jesuita y también filósofo, su labor científica consistió principalmente en la recopilación y divulgación de obras antiguas. Fue profesor de diversas disciplinas en Wurzburgo y posteriormente se trasladó a Francia y a Italia. En Roma, donde pudo consagrarse a sus estudios, publicó más de una cuarentena de obras, entre las que destacan Magnes sive de arte magnetica (1641), Ars magna lucis et umbrae (1646), Mundus subterraneus (1665-1668), China Monumentis (1667), Ars magna sciendi (1969) y Turris Babel (1679). Se le atribuye además la invención de la linterna mágica y de otros instrumentos.


Athanasius Kircher

Llamado en ocasiones el último hombre del Renacimiento, el sacerdote y erudito jesuita Atanasio Kircher desplegó una prodigiosa actividad como estudioso y como divulgador. Aprendió griego y hebreo en el colegio de la Compañía de Jesús de Fulda, cursó estudios científicos y humanísticos en Paderborn, Colonia y Koblenz, y en 1628 fue ordenado sacerdote en Maguncia. La crecientes luchas entre facciones y dinastías que tenían lugar en Alemania en el marco de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) lo determinaron a abandonar su patria, y después de ocupar varios puestos académicos en Avignon, se instaló en 1634 en Roma.

Allí permaneció la mayor parte de su vida, desempeñando en solitario una función de centro de intercambio y difusión de información cultural y científica, recopilada no sólo de fuentes europeas, sino también de la extensa red de misioneros jesuitas. Impartió asimismo matemáticas y hebreo en el Colegio Romano, pero ya en 1643 dejó la enseñanza y empezó a dedicarse a la arqueología. Kircher estaba especialmente interesado en el antiguo Egipto, y ha sido considerado el fundador de la egiptología por sus intentos de descifrar los jeroglíficos.

Las investigaciones de Kircher abarcaron disciplinas variadas; principalmente, la geografía, la astronomía, las matemáticas, el lenguaje, la medicina y la música. A cada uno de estos campos aplicó su rigurosa curiosidad científica, pero también una concepción mística de las leyes y fuerzas naturales. Sus métodos iban desde la tradicional especulación escolástica hasta lo audazmente experimental; así, se sabe que descendió al cráter del Vesubio para observar sus características poco después de una erupción. Otro ejemplo de su originalidad científica se aprecia en los dos capítulos de su libro Ars magna lucis et umbrae dedicados a la bioluminiscencia: sus trabajos incluyeron un experimento para probar si podría usarse un extracto de luciérnaga para iluminar las casas. También construyó la primera arpa eólica conocida, instrumento de cuerda que sería muy popular a caballo entre los siglos XVIII y XIX.

Actualmente ya no se le atribuyen contribuciones originales significativas, pero igualmente su ingente actividad divulgativa (escribió unos cuarenta y cuatro libros y se conservan más de dos mil de sus manuscritos y cartas) le asegura un lugar de honor en la historia de la ciencia y la cultura. Kircher reunió además una de las primeras colecciones de historia natural, alojada durante mucho tiempo en un museo que llevaba su nombre, el Museo Kircheriano de Roma; este legado se dispersó más tarde entre varias instituciones.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].