Pietro Longhi
(Pietro Falca; Venecia, 1702-1785) Pintor y grabador italiano. Fue discípulo de Crespi en Bolonia. Su talento vivo y preciso se manifestó sobre todo en escenas costumbristas de temas populares, que constituyen una crónica pintoresca de la vida veneciana del siglo XVIII. Entre sus obras cabe citar El rinoceronte, La lección de geografía, La clase de danza, La caza de la liebre y Máscaras venecianas.
Pietro Longhi
Aparte del género de las vedute o vistas panorámicas de la ciudad, en la Venecia dieciochesca se desarrollaron otras originales tendencias, muy al gusto del rococó francés, pero con las más variadas influencias: es el caso del arte extraño, anecdótico y con un sesgo de ironía de Pietro Longhi. Discípulo del reputado Antonio Balestra, Pietro Longhi abandonó pronto los temas religiosos y mitológicos para concentrarse en esa graciosa y aguda crónica de costumbres, que lo convertiría en un artista muy valorado por la posteridad.
Fue después de conocer a Giuseppe Maria Crespi cuando Longhi, según su hijo Alessandro, se puso a pintar "entretenimientos ciudadanos, es decir, conversaciones, con esbozos de amor y de celos, que obtuvo exactamente del natural y causaron asombro". Plasmó pues con simplicidad candorosa la vida de los ricos, lo mismo que la vida cotidiana de las calles de Venecia. Observó la sociedad con humor e imparcialidad, de una manera muy semejante a la de su amigo, el dramaturgo Carlo Goldoni. De ese modo confeccionó escenas insólitas para la época, sólo parangonables con las del pintor inglés William Hogarth, único en su género.
El rinoceronte (1751)
Entre sus principales obras cabe mencionar La clase de danza (Galería de la Academia, Venecia) y El rinoceronte (1751, Ca' Rezzonico, Venecia). Ninguna de ellas destaca precisamente por su virtuosismo cromático o por su complejidad compositiva, pero ambas poseen un singular encanto que define un estilo sencillo y extraordinariamente eficaz.
En la amable escena que se relata en el primer cuadro, la sofisticada elegancia del maestro de baile se delata en el artificioso punteado de los pasos y en los elegantes movimientos de las manos, que indican a su alumna los movimientos correctos de la danza. La muchacha, vestida con un exagerado miriñaque, blanco y rosa, lleva un tenue pañuelo en la mano. Un joven músico toca el violín y una mujer adulta, sentada en un sillón de tapicería roja, vigila que la lección se lleve a cabo según los convencionalismos de la época.
En cuanto al segundo cuadro, relata un auténtico acontecimiento en Venecia: la llegada a la ciudad, en 1751, de un rinoceronte, uno de los primeros ejemplares de esta desconocida especie traído a Europa por un capitán llamado David Montvandermeer; la exhibición del animal coincidió con los carnavales, razón por la que algunas personas del cuadro llevan máscaras blancas y negras. Sin embargo, más allá de la anécdota, la pintura recrea la escena, cotidiana e inusual al mismo tiempo, con ejemplar economía de medios. Por otra parte, las imágenes de Longhi, perfectamente corrientes, triviales e imparciales en su día, representan en la actualidad una excepcional crónica de un mundo perdido.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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