Antón de Montoro

(Montoro, Córdoba, c. 1404 - ¿Sevilla?, c. 1480) Poeta español. Era judío converso y ejerció el oficio de sastre durante toda su vida. Destacó como poeta burlesco y se consideró discípulo de Juan de Mena, a quien elogió e imitó (Quejas de una mula que había empeñado Juan Muñiz a don Pedro de Aguilar y después se la desempeñó). Sus composiciones serias son muy inferiores a las burlescas, pero las coplas que dedicó a la reina católica con motivo del asalto a la judería cordobesa son una de las protestas poéticas más impresionantes del siglo XV.


Edición de Cotarelo del Cancionero de Antón de Montoro

Las escasas noticias biográficas que poseemos sobre Antón de Montoro se entresacan de lo que el mismo poeta apunta en sus propios versos. Judío de nacimiento, se convirtió al cristianismo debido a la presión religiosa imperante en la época. Trabajó como ropero y sastre (posiblemente de nobles y cortesanos) durante toda su vida, por lo que fue conocido como «El Ropero de Córdoba», apodo que le aplicaban sus enemigos para despreciarlo, pero que hizo poca mella en su ánimo, pues nunca renegó de su origen, ni de su baja condición social ni de su oficio, poco considerado socialmente.

Sus éxitos poéticos no le ayudaron a disfrutar de una existencia más holgada, por lo que buscó el apoyo de nobles, logrando la protección, entre otros, de Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, de Juan de Mena, del condestable Miguel Lucas de Iranzo, del obispo Alfonso Carrillo de Acuña o de Pedro Fernández de Córdoba, señor de Aguilar de la Frontera (Córdoba) y padre del Gran Capitán. Es probable que en 1473, con motivo de los cruentos disturbios populares acaecidos en Córdoba contra judíos y conversos, tuviera que huir de la ciudad, para residir a partir de entonces (como muchos otros conversos y judíos cordobeses) en Sevilla, donde debió de vivir hasta la fecha de su muerte.

Autor de poemas serios y de poemas festivos, destacó, sobre todo, por ser uno de los mejores representantes de la poesía burlesca y satírica de Castilla en los reinados de Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos. Se consideró a sí mismo discípulo de Juan de Mena, pero, lejos de dejarse influir por las innovaciones italianizantes muy de moda en su época, que llevaban consigo el uso de un lenguaje alegórico, mostró un especial afán por cultivar la poesía tradicional y de metros populares caracterizada por un realismo temático y lingüístico muy de acuerdo con el gusto tradicional castellano. A veces marcados por el ingenio, a veces invectivas directas, sus poemas burlescos y satíricos están salpicados de una gracia y sentido crítico epigramáticos tales que llevarían a Lope de Vega a afirmar que “sus agudos epigramas tienen tantos donaires y agudezas, que no les hace ventaja Marcial en los suyos”, respondiendo al estilo más tabernario, malediciente y libertino.

Lamentándose en ellos, a menudo amargamente, de su pobreza, Antón de Montoro mantuvo asimismo animadas disputas literarias con el comendador Román (a quien recriminó haberle plagiado unos versos y más tarde tachó de “moro”), con los poetas Juan Agraz y Pere Torrellas y, sobre todo, con Juan de Valladolid, también judío converso; atacó, además, a Rodrigo de Cota, poeta toledano, de quien criticó que se sintiera avergonzado de su origen judío.

Entre la obras de Antón de Montoro figuran las Quejas de una mula que había empeñado Juan Muñiz a don Pedro de Aguilar y después se la desempeñó, en las que elogia e imita a Juan de Mena; y entre sus poemas serios (menos abundantes y en general de menor calidad que los burlescos) destacan las Coplas a la Reina Católica, una petición de clemencia para los judíos dirigida a Isabel I de Castilla, impresionante muestra de dolor ante el asalto a la judería cordobesa. Se le han atribuido, además, las Coplas del provincial, sátira política castellana redactada entre 1465 y 1471, escrita sin ningún remilgo contra la decadencia y la corrupción de la aristocracia en el reinado de Enrique IV.

La mayoría de sus composiciones se conservan en un códice del siglo XV de la Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla; el Cancionero general (1511) recoge otros poemas suyos; y el Cancionero de obras de burlas provocantes a risas (1519) contiene dos composiciones atribuidas a Montoro. El conjunto de su obra fue recopilado por Emilio Cotarelo y publicado en 1900 con el título de Cancionero de Antón de Montoro.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].