Ángeles Ottein

(Algete, Madrid, 1895 - Madrid, 1981) Soprano española. Ángeles Ottein destacó por hacer gala de una línea de canto muy pura, sin fisuras en ningún registro, y por la calidad interpretativa de sus actuaciones, cualidades que la hicieron muy apreciada en los escenarios de todo el mundo.


Ángeles Ottein

Estudió junto con su hermana Ofelia Nieto en el Real Conservatorio de Madrid, donde recibió lecciones de canto del ex-tenor Lorenzo Simonetti. Su verdadero nombre era María de los Ángeles Nieto Iglesias; para no ser confundida con sus hermanas Ramona y Ofelia Nieto, también cantantes líricas, creó su nombre artístico invirtiendo las letras de su apellido. Debutó en septiembre de 1914 en el Teatro de la Zarzuela con la ópera de Emilio Arrieta Marina y, dos años después, hizo su presentación fuera de España, en el Coliseu de Lisboa.

Su carrera pronto se orientó hacia la cuna operística, Italia, donde obtuvo un primer triunfo con la representación de El barbero de Sevilla en el Teatro Constanzi de Roma, triunfo ratificado con la misma ópera de Rossini en el San Carlo de Nápoles. En la temporada 1917-18 actuó en el Teatro Real de Madrid, y hasta el cierre del mismo en 1925 figuró habitualmente en cartel. En 1918 inició en el Teatro Colón de Buenos Aires (con El barbero de Sevilla, Mignon y Rigoletto) una serie de exitosas actuaciones en diversos escenarios americanos, sin abandonar del todo la presencia en los teatros italianos.

En 1919 cantó en Florencia, junto a Lauri-Volpi, el Rigoletto de Giuseppe Verdi, obra que repitió brillantemente en Valencia con Tito Schipa. En los primeros años veinte interpretó la ópera brasileña Cóndor, en Río de Janeiro, y visitó otros países como Perú, Argentina, Chile, México, Estados Unidos y Cuba; en éste último se ganó un merecido prestigio en compañía del tenor Hipólito Lázaro.

En 1922 estrenó en el Teatro de la Comedia de Madrid Fantochines, de Conrado del Campo, obra que también repuso en el Teatro Esperanza Iris, en el transcurso de un exitoso periplo mejicano. Durante algún tiempo estuvo apartada de toda actividad artística al haber contraído matrimonio, pero volvió a los escenarios tras la pérdida de su primer hijo.

En 1935 su nombre recobró protagonismo al cantar en el Teatro Calderón de Madrid Los Payasos de Ruggero Leoncavallo, La Bohème de Giacomo Puccini, El secreto de Susana de Ermanno Wolf-Ferrari y las óperas de Verdi Rigoletto y La Traviata en compañía de otros ilustres de la lírica española, como Celestino Sarobe, Antonio Cortis y el citado Hipólito Lázaro.

Su retirada definitiva tuvo lugar en 1942, tras lo cual se dedicó por entero a la enseñanza; entre sus más destacados alumnos figuraron María Luisa Nache, Pilar Lorengar, Consuelo Suárez y su sobrina Marimí Del Pozo. Ocupó las cátedras de canto del Conservatorio madrileño y del Conservatorio de Puerto Rico.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].