Pío IX

(Giovanni Maria Mastai-Ferreti; Senigallia, Marcas, 1792 - Roma, 1878) Papa de la Iglesia católica (1846-1878). Procedente de la pequeña nobleza italiana, se ordenó sacerdote en 1819. Era obispo de Imola desde 1832 y cardenal desde 1840.


Pío IX

En 1846 fue elegido para suceder en el Papado a Gregorio XVI, despertando grandes esperanzas entre los nacionalistas italianos por su talante liberal. Sin embargo, al estallar las revoluciones de 1848, el papa rechazó la oportunidad de alinearse con el movimiento nacionalista entrando en la guerra contra Austria. Y cuando la revolución alcanzó a sus propios Estados, en los que se proclamó la República romana, Pío IX huyó de la ciudad y se puso bajo la protección de los ejércitos franceses, napolitanos y españoles en Gaeta (1848). Desde allí bendijo la campaña militar contra la República, que le permitió recuperar su poder temporal en 1850.

Desde entonces su pontificado fue una cruzada contra el liberalismo y el mundo moderno, a los que intentó contrarrestar revitalizando la religiosidad católica. Restauró la jerarquía católica en países de predominio protestante como Inglaterra (1850) y Holanda (1853). En 1854 proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción, según el cual la Virgen María fue concebida en el seno de su madre, Santa Ana, sin ser alcanzada por la mancha del pecado original. En 1864 condenó todos los «errores» del mundo moderno mediante el Syllabus (que incluía la proscripción del liberalismo, el racionalismo y el cientifismo, así como la renuncia de la Iglesia a reconciliarse con el progreso). En 1869-70 reunió el Concilio Vaticano I, en el que hizo aprobar el dogma de la infalibilidad del papa.

Su intransigencia planteó, además, la «cuestión romana», al ser incorporados por plebiscito los antiguos Estados Pontificios al Estado italiano unificado entre 1859 y 1870, y hacer éste de Roma la capital de la nueva Italia. El papa rechazó esta anexión y, contrario al compromiso que le ofrecía el Parlamento italiano (Ley de Garantías, 1870), se consideró «prisionero» en sus palacios del Vaticano hasta que murió.

Este enfrentamiento abierto entre el Papado y el Estado liberal italiano conllevó la prohibición papal a los católicos de participar de forma constructiva en la vida política del país, actitud que se extendió en menor medida a muchos católicos de otros países europeos. La «cuestión romana», que pesó como un conflicto permanente en las relaciones entre la Italia postunitaria y la Iglesia, no se resolvió hasta mucho después de morir Pío IX y cuando Italia había dejado de ser un Estado liberal, con los pactos de 1929 entre Pío XI y Benito Mussolini.

La rigidez e intolerancia de que hizo gala la Iglesia bajo el pontificado de Pío IX debilitó sus posiciones en toda Europa, favoreciendo la extensión del anticlericalismo y la asunción de posturas oficiales beligerantes contra la Iglesia, como la Kulturkampf de la Alemania de Bismarck.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].