Prisciliano
(?, c. 340-Tréveris, 385) Eclesiástico hispano. Al parecer, nació en la Hispania occidental, en el seno de una familia acomodada. Sus predicaciones obtuvieron un notable éxito, en especial entre las mujeres y entre las clases populares. Se le nombró obispo de Ávila en el año 380. El Concilio de Zaragoza, este mismo año, condenó algunas de sus prácticas. Amenazado con el destierro, acudió al papa Dámaso, al emperador y al obispo Ambrosio y logró revocar el castigo. Condenado de nuevo por hereje, brujo y explotador de mujeres, fue ejecutado junto con algunos discípulos. Considerado como mártir por un importante sector de la Iglesia (el papa, Ambrosio de Milán y Martín de Tours condenaron la sentencia y la ejecución), sus restos fueron trasladados a Galecia. Sus Tratados y cánones se publicaron en 1975.