Guadalupe Victoria

(Tamazula, Nueva Vizcaya, 1786 - San Carlos de Perote, Veracruz, 1843) Político y militar independentista mexicano que fue el primer presidente de la República (1824-1829).


Guadalupe Victoria

Con el llamado Grito de Dolores (1810), el cura Hidalgo dio inicio al levantamiento popular que conduciría a la independencia de México; un año después, tras la ejecución del cura por los españoles, José María Morelos se convirtió en la cabeza visible del movimiento independentista. Entre los muchos patriotas que sirvieron a sus órdenes, Guadalupe Victoria destacó por su tenacidad y fidelidad a la causa emancipadora: figuró entre los pocos que, después de la muerte de Morelos en 1815, perseveró en una lucha que parecía condenada al fracaso.

La independencia efectiva llegaría en 1821, de la mano de Agustín de Iturbide. Pero, al igual que otros antiguos líderes independentistas, Guadalupe Victoria se opuso a la configuración monárquica y autoritaria que Iturbide imprimió al naciente estado, que pasó a llamarse Imperio mexicano y tuvo como primer y último emperador al propio Iturbide, coronado como Agustín I de México (1822-1823). Guadalupe Victoria se unió a la rebelión republicana de Antonio López de Santa Anna y, una vez destituido Iturbide, formó parte del gobierno provisional y tuvo el honor de presidir la flamante República de México (1824-1829).

Biografía

Guadalupe Victoria, cuyo verdadero nombre era José Miguel Ramón Adaucto Fernández Félix, quedó huérfano a corta edad y creció bajo la protección de su tío Agustín Fernández, por aquel entonces cura de su localidad natal, Tamazula. Estudió en el Seminario de Durango y en el colegio de San Ildefonso de México.

En 1812 se sumó a las fuerzas insurgentes de Hermenegildo Galeana, destacado seguidor de José María Morelos, y cambió su nombre por el de Guadalupe Victoria; tal apelativo aludía por un lado a la deseada victoria de la causa independentista, y por otro a la Virgen de Guadalupe, a la que se encomendó. Destacó durante la toma de Oaxaca y en Veracruz se unió a las tropas de otro seguidor de Morelos, Nicolás Bravo. Guadalupe Victoria se dedicó a controlar el paso del Puente del Rey, en el que se hizo famoso por sus exitosos asaltos a convoyes militares.

Fue por ello ascendido a coronel y se encargó de la campaña de Veracruz. Defendió los puertos de Nautla y Boquillas de Piedras, aunque los realistas consiguieron recuperarlos más tarde. Guadalupe Victoria inició una estrategia de guerra de guerrillas con ataques breves pero fulminantes; organizó además un gobierno en el territorio que dominaba, fijó impuestos para el sostenimiento de la guerra, nombró jueces e impulsó los preparativos para la creación de una fuerza marítima. Logró asediar y aislar las ciudades de Córdoba, Orizaba y Jalapa.


Guadalupe Victoria

Cuando el movimiento insurgente declinó con la muerte de Morelos, Victoria continuó manteniendo viva la causa; al igual que Vicente Guerrero, rechazó el indulto ofrecido por el virrey Juan Ruiz de Apodaca. A principios de 1819 se ocultó, y reapareció en 1821 para apoyar el Plan de Iguala, suscrito entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. Se entrevistó con Iturbide, con el que tendría diferencias: de ideario netamente republicano, Guadalupe Victoria se opuso siempre al establecimiento de una monarquía imperial.

De la independencia a la presidencia

El Plan de Iguala logró amplísima adhesión y, al frente de su Ejército Trigarante, Iturbide entró en la capital mexicana y puso fin a tres siglos de colonialismo español. Lograda así la independencia, un Congreso Constituyente proclamó a Iturbide emperador del Imperio mexicano, que quedaba configurado como una monarquía hereditaria, levantando ampollas tanto entre los borbónicos (partidarios de entregar el cetro a un príncipe español) como entre los republicanos.

Durante su breve reinado como Agustín I de México (1822-1823), Iturbide hubo de hacer frente a la sublevación republicana liderada por Antonio López de Santa Anna (diciembre de 1822), que obtuvo el inmediato respaldo de otros militares, entre ellos Guadalupe Victoria. Cuando en 1823 Iturbide se vio forzado a abdicar y partir al exilio, Guadalupe Victoria formó parte, junto con Pedro Celestino Negrete y Nicolás Bravo, del triunvirato que ostentó el Supremo Poder Ejecutivo, designación que se dio al gobierno provisional (1823-1824).

A principios de 1824 se sancionó el Acta Constitutiva de la Federación (preludio de la Constitución mexicana de 1824) y en octubre se eligió a Guadalupe Victoria como primer presidente de la nueva República de México. Una de las principales líneas de su gestión estuvo encaminada a obtener el reconocimiento de la independencia mexicana de otras naciones; estableció relaciones diplomáticas con las principales potencias, particularmente con Inglaterra, de la que obtuvo un préstamo con el que pudo evitar la bancarrota de las arcas públicas, y también con Estados Unidos y la Gran Colombia de Simón Bolívar.

Durante su mandato decretó por segunda vez la abolición de la esclavitud, dio una amplia amnistía a los presos de conciencia y respetó la libertad de prensa. Con la rendición de la fortaleza de San Juan de Ulúa (1825), logró eliminar los últimos reductos del poderío español; dos años después decretó la expulsión de los españoles, medida de doble filo que supondría el éxodo del capital de muchos comerciantes acaudalados. En clave interna, la inicial unanimidad republicana dio paso a una lucha interna en los círculos del poder, que se agruparon en torno a dos logias masónicas: la logia yorkina, de tendencia federalista y liberal, y la escocesa, centralista y conservadora.

Aunque se hallaba más próximo a los yorkinos, Guadalupe Victoria adoptó uno posición conciliadora e intentó apaciguar las disensiones. Todo fue en vano: en 1827 hubo de hacer frente a la rebelión de su propio vicepresidente, Nicolás Bravo, uno de los principales líderes de la masonería escocesa. Victoria sofocó la sublevación gracias al apoyo de Guerrero y Santa Anna, y conmutó a Bravo la pena capital por el destierro. Con ello parecía imponerse la facción yorkina; sin embargo, hacia el final de su mandato, nuevas disensiones fueron causa de un accidentado relevo presidencial. Manuel Gómez Pedraza fue elegido sucesor de Victoria, pero no llegó a jurar el cargo; las sospechas de fraude y las rivalidades internas motivaron el Motín de la Acordada (1828), que condujo a la elección de Vicente Guerrero como presidente (1829).

Guadalupe Victoria abandonó por unos años la vida pública y se retiró a su hacienda de Jobo en Veracruz. Posteriormente fungió como senador por Durango y Veracruz de 1832 a 1834, y simultáneamente combatió rebeliones en Veracruz y Oaxaca; más tarde sería investido gobernador interino de Puebla. En 1838 asumió la comandancia general de Veracruz ante la amenaza de la guerra con Francia. En 1841 contrajo matrimonio con María Antonia Bretón y Velázquez. Entretanto, un viejo padecimiento epiléptico había ido quebrantando su salud; falleció dos años después.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].