Luis Araquistáin

(Luis Araquistáin Quevedo; Bárcena de Pie de Concha, 1886 - Ginebra, 1959) Político y escritor español. Miembro del comité nacional del Partido Socialista desde 1915 y destacado intelectual de sus filas, durante la Segunda República fue diputado a Cortes (1931), subsecretario del Trabajo y embajador en Berlín (1932) y en París (1936-1937). Vivió en el exilio a partir del final de la guerra civil. Dirigió las revistas España (1916-1922), Leviatán (1934-1936) y Claridad (1936-1937). Es autor de novelas y de obras teatrales. Entre sus ensayos políticos, destacan El arca de Noé (1926) y El ocaso de un régimen (1930).


Luis Araquistáin

Luis Araquistáin inició estudios eclesiásticos en el seminario de Santander, que abandonó para ingresar en la Escuela Náutica de Bilbao, donde se graduó como piloto; prosiguió luego su formación en Alemania, en las universidades de Heidelberg y Berlín, gracias a una pensión de la Junta para Ampliación de Estudios. En 1910 ingresó en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al que también pertenecieron intelectuales como Julián Besteiro, Manuel Núñez de Arenas, Fernando de los Ríos o Antonio Fabra Ribas. En los debates desarrollados a partir de 1918 defendió el ingreso del partido en la Internacional Comunista, finalmente rechazado por el sector más moderado.

Sin llegar a colaborar con los grupos que se escindieron del PSOE y fundaron el Partido Comunista (PCE) en 1922, Araquistáin abandonó la militancia pública y se centró en la actividad intelectual. Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) viajó por Hispanoamérica como corresponsal de El Sol, órgano del socialismo liberal dirigido por Manuel Aznar que publicó sus crónicas sobre la revolución mexicana, recogidas posteriormente en el libro La revolución mexicana: sus orígenes, sus hombres, su obra (1929). Colaboró además con Alianza Republicana, plataforma de partidos y agrupaciones republicanas creada en 1926 con el objetivo de combatir la dictadura.

En 1930 se reincorporó a la actividad política: de nuevo en el PSOE, fue elegido diputado por Bilbao a las Cortes Constituyentes en 1931 y reelegido por Madrid en las elecciones parlamentarias de 1933 y 1936. En los dos primeros gabinetes del bienio republicano-socialista desempeñó la Subsecretaría de Trabajo, cartera ocupada por Francisco Largo Caballero, de quien se convirtió en consejero político. En 1932 fue nombrado embajador en Berlín. Dirigió después el periódico Claridad, órgano de las Juventudes Socialistas afín a Largo Caballero y opuesto a la orientación prietista de El Socialista.

En la legislatura de 1936 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid y miembro de la Diputación Permanente de las Cortes. En septiembre de aquel año, habiendo ya estallado la Guerra Civil española, se le designó embajador en París, cargo que suponía la presidencia de la comisión republicana encargada de la compra de armamento en Francia. Abandonó este cargo después de la caída de Francisco Largo Caballero como presidente del Gobierno a causa de los sucesos de mayo de 1937. La detención de éste (1938) acentuó la inquietud de Araquistáin ante el futuro de los socialistas independientes y el creciente poder de los comunistas; posteriormente culparía de la derrota tanto a los comunistas como a los socialistas que habían colaborado con ellos, como Juan Negrín y Julio Álvarez del Vayo. En 1939 se exilió a México, donde continuó ocupando un puesto relevante en la ejecutiva del PSOE.

Luis Araquistáin desarrolló a lo largo de su vida una intensa actividad como periodista, ensayista, novelista y dramaturgo, y fue, según el crítico y pensador José Luis Abellán, uno de los miembros más destacados de la denominada Generación de 1914. El mismo Abellán señala sin embargo la diferencia entre algunas personalidades del grupo como Ortega y Gasset o Manuel Azaña, formadas en la Liga de Educación Política y conscientes de su liderazgo político, y quienes, como Araquistáin, pertenecían a la Escuela Nueva y aspiraban a erradicar el dirigismo y el paternalismo que habían caracterizado las relaciones entre el intelectual y la cultura. En el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (1937), en el que participó como delegado por España, Araquistáin realizó un dura crítica contra la intelectualidad servil al poder y aislada de las masas, opuesta a lo que debería ser su función como vanguardia, crisol y conformadora del gusto popular. En su farsa novelesca Las columnas de Hércules (1921) escribió también sobre las limitaciones de la crítica regeneracionista elaborada por los escritores de la Generación del 98 (Unamuno, Azorín, Baroja).

Desde 1916 hasta 1922 se hizo cargo de la dirección de la revista España. Durante su gestión, la línea editorial de la publicación se caracterizó por su decidida aliadofilia, y Araquistáin participó, junto a Álvaro de Albornoz y Marcelino Domingo, en la polémica sobre la posibilidad de un republicanismo socializante. Colaboró asimismo con la revista nacionalista vasca Hermes (1917-1922), y, entre 1934 y 1936, dirigió Leviatán, la publicación socialista de mayor prestigio durante la Segunda República, exponente de la polarización revolucionaria de un sector de la intelectualidad española. De los numerosos libros que llegó a publicar, tienen un valor relativo sus relatos, novelas y piezas teatrales; destacan en cambio sus ensayos, respecto a los que Paul Preston ha señalado la capacidad de distanciamiento sobre su partido y la propia obra. Junto al ya citado sobre la revolución mexicana, deben mencionarse Entre la guerra y la revolución (1917), España en el crisol (1920), El arca de Noé (1926), El ocaso de un régimen (1930) y La guerra desde Londres (1942).

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].