Javier Marías
(Madrid, 1951-2022) Escritor español. La notable perfección técnica con que elaboró sus novelas, que se inscriben en una línea de experimentación narrativa, fue el rasgo característico de este autor traducido a muchas lenguas y que gozó de unánime estima por parte de la crítica europea. Sus obras reflejan de forma irónica, distanciada e introspectiva la perplejidad que genera el perpetuo contraste entre realidad, apariencia y memoria.
Javier Marías
Hijo del filósofo Julián Marías, se licenció en filosofía y letras; durante dos años llevó a cabo su actividad docente como profesor de literatura española en la Universidad de Oxford y en el Wellesley College (Massachusetts). Ya desde sus primeros títulos se reveló como una de las voces más personales de la narrativa española del momento. El autor, cuya voz es perceptible en todas sus obras, desarrollaba personajes complejos y situaciones inciertas, explorando con sutileza nuevas fórmulas literarias. Aunque el marco de sus novelas y cuentos es la vida cotidiana, son frecuentes las referencias culturalistas, en su mayor parte tomadas de las letras inglesas, de las que fue gran conocedor (obtuvo el Premio Nacional de Traducción en 1979 por sus versiones de Laurence Sterne, uno de los autores más complejos de esa lengua).
Publicó antes de los veinte años su primera y ya madura novela, Los dominios del lobo (1971), llena de peripecias ambientadas en Estados Unidos, escrita en un estilo ágilmente periodístico que rendía homenaje tanto al admirado cine hollywoodiano de las décadas de 1950 y 1960 como a un olimpo privado de novelistas norteamericanos, entre ellos William Faulkner, Dashiell Hammet, Herman Melville y S. S. Van Dine. La novela constituyó uno de los primeros indicios de la revuelta generacional de la década de 1970, que llevaría a un interesante grupo de novelistas y de poetas (conocidos con la denominación de "novísimos") a rechazar la tradición literaria española que se identificaba, sobre todo, con el color local de varias etapas de realismo; sirvan como ejemplo, junto al propio Marías, Félix de Azúa, Ana María Moix, Juan José Millás, José María Vaz de Soto o José María Guelbenzu.
Javier Marías fue uno de los máximos exponentes de esta nueva tendencia estética que situaba su propia filiación cultural fuera del ámbito ibérico, oponiéndose de forma directa al pomposo amor por la patria que predicaba el régimen de Francisco Franco, pero también a la literatura didáctica y militante de sus oponentes. Con Travesía del horizonte (1973) experimentó una escritura elaborada sobre los cánones de la novela eduardiana, exhibiendo la influencia de Joseph Conrad y de Henry James como provocador manifiesto artístico, que reivindicaba para el hecho literario la primacía de una creatividad libre de las obligaciones testimoniales, tanto en la elección de los temas como en los elementos expresivos.
Como muchos otros autores de su generación, parece tener de español sólo la lengua; sus ricas construcciones sintácticas y su léxico exquisito no pueden prescindir, sin embargo, del patrimonio de elegancia formal que hunde sus raíces en el Siglo de Oro. El hecho de que el lenguaje se exprese a veces a través de los escritores más de lo que están dispuestos a admitir se demuestra en la original obra El monarca del tiempo (1978), que Javier Marías definió como "novela" a pesar de estar formada por tres narraciones, un ensayo literario y una pièce teatral, unificados por un sutil y versátil análisis de las implicaciones temporales de la verdad, analizadas con argumentos muy variados, que toman como referencia desde un general napoleónico hasta el Julio César de Shakespeare, pasando por un ángel sobrenatural.
Con la novela El siglo (1983), considerada como uno de los ejemplos de narrativa más interesantes del posfranquismo, Marías diluyó el experimentalismo inicial para narrar las vicisitudes que tienen como marco un país al que nunca se nombra, pero que una inconfundible guerra civil permite identificar con España, a pesar de los improbables paisajes de su geografía y de las polivalencias lingüísticas de los nombres de algunos personajes. Con una prosa ora solemne, ora burlesca, que evoca los refinamientos estilísticos del barroco, especialmente el inglés, la novela cuenta el parabólico destino de un ambiguo personaje, nacido no por casualidad en 1900, que se identifica tortuosamente con los esplendores y las miserias de la España del siglo XX. Una historia de impulsos nobles y de elecciones ignominiosas, de pasiones trascendentales y juegos rudos, cruzada por un austero sentimiento de la muerte que la transforma en un renovado desengaño de nuestro tiempo, y que pertenece tanto a la tradición española como a la cultura del mundo occidental.
El tono suavemente irónico y reflexivo, así como el permanente protagonismo del narrador en intrigas un tanto nebulosas, vuelven a aparecer en Todas las almas (premio Ciudad de Barcelona, 1989), evocación desmitificadora de los dos años que pasó en la Universidad de Oxford. No obstante todos estos brillantes antecedentes, Javier Marías no comenzó a ser un escritor verdaderamente popular hasta Corazón tan blanco (1992), libro de estructura circular que versa sobre los peligros de indagar en el propio pasado corriendo el riesgo de descubrir lo que debería permanecer oculto, y con el que obtuvo el Premio de la Crítica.
Su siguiente novela, Mañana en la batalla piensa en mí (1995), cuenta un hecho sobrecogedor que tuvo consecuencias imborrables en la vida del personaje principal, un guionista de televisión y escritor llamado Víctor Francés. Con esta novela se consolidó el prestigio y la difusión de Javier Marías, ya que llovieron sobre él los premios internacionales, entre los que sobresale el Rómulo Gallegos, que se le concedió ese año.
Posteriormente publicó Negra espalda del tiempo (1998) y emprendió una extensa trilogía con Tu rostro mañana 1. Fiebre y lanza (2002), a la que siguió Tu rostro mañana 2. Baile y sueño, en 2004, y que se completó con Tu rostro mañana 3. Veneno y sombra y adiós (2007). También es autor de los libros de relatos Mientras ellas duermen (1990) y Cuando fui mortal (1996), del volumen de ensayos Pasiones pasadas (1991), de la colección de biografías Vidas escritas (1992) y de las recopilaciones de artículos Literatura y fantasma (1993), Vida del fantasma (1995), Seré amado cuando falte (1999), El oficio de oír llover (2005) y Donde todo ha sucedido. Al salir del cine (2005). De 2011 son el libro de literatura infantil Ven a buscarme y la novela Los enamoramientos. En 2006 fue elegido miembro de la Real Academia Española.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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