Massimo Campigli

(Florencia, 1895 - Saint Tropez, 1971) Pintor y escritor italiano. Desde su Florencia natal, Massimo Campigli se trasladó junto a su familia a Milán en 1904, lugar donde entró en contacto con el mundo artístico. Ese mismo año publicó su primer poema en la revista Florencia futurista. Gracias a sus publicaciones en la citada revista, Campigli entró en el círculo de los futuristas italianos, y entabló amistad especialmente con Umberto Boccioni y con Carlo Carrá.


Massimo Campigli

En 1914 fue llamado a filas para cumplir con el servicio militar y dos años mas tarde, en 1916, fue movilizado al frente. El devenir de la Primera Guerra Mundial fue decisivo en su vida: hecho prisionero en el frente húngaro, fue internado en un campo de concentración, del que se fugó para buscar refugio en Rusia.

Finalizado el conflicto bélico, Campigli se trasladó a París en 1919 como corresponsal del prestigioso diario italiano Il Corriere della Sera. Durante veinte años (hasta 1939) permaneció en la capital francesa, empapándose del ambiente artístico de la Francia anterior a la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando empezó a pintar de forma autodidacta, absorbiendo todas las novedades de la capital francesa, tanto mediante sus visitas a museos como a las exposiciones más novedosas; la fuerte influencia de Fernand Léger y de Pablo Picasso resultó notoria en sus primeras obras. Igualmente decisiva en la concepción inicial de su obra fue su descubrimiento en el Museo del Louvre del arte de civilizaciones antiguas, especialmente la egipcia y la etrusca, cuyos referentes son evidentes en su producción posterior.

Su primera exposición individual se celebró en la Galería Bragagkua de Roma, en 1923. Tras un viaje a la ciudad eterna en 1928, que aprovechó para ampliar su conocimiento de la cultura de Etruria, expuso al año siguiente en la Galería Jeanne Bucher de París una colección en la que dejó patente la impronta que el arte etrusco dejó en su visión plástica. A esta exposición siguieron otras en Milán, Amsterdam, Londres y Nueva York, lo que pone de manifiesto el éxito de su particular concepción pictórica, síntesis del vanguardismo postcubista y de la pintura bidimensional de las civilizaciones antiguas.


El café (1931), de Massimo Campigli

Esta postura a mitad de camino entre lo figurativo y lo onírico le llevó a relacionarse con los pintores metafísicos italianos Giorgio de Chirico, Mario Sironi y Achille Funi, con los que llegó a colaborar en la Exposición Trienal de Milán (1933), para la que los tres artistas presentaron un mural realizado conjuntamente. Ese mismo año suscribió junto con otros pintores italianos el "Manifiesto de la Pintura Mural". Posteriormente compaginó la pintura con el periodismo, y publicó Prefacio de los espeso (Milán 1931), entre otras obras sobre pintura.

Su obra se caracterizó por su lírica ecléctica, ubicada entre la pintura de vanguardia y las formas de representación primitivas. Campigli es, en este sentido, un excelente representante de la corriente pictórica de entreguerras que se autoafirmó en la práctica de una pintura objetiva, compensando la visión más pesimista de otros movimientos contemporáneos como el expresionismo alemán. En obras como El café (1931), Campigli intentó expresar su búsqueda de un arte intemporal. En ella las dos mitades simétricas del cuadro parecen simbolizar su dualismo entre modernismo y tradición. Otra obra suya, Mujeres con guantes (1937), parte del mismo esquema compositivo: dos figuras femeninas tratadas con la misma bidimensional que el espacio que las rodea. Su contemplación nos hace inevitable el recuerdo de los frescos pompeyanos o de los mosaicos de Rávena.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].